18 de julio de 2014

Motivos para proseguir con la lactancia materna más allá de unos pocos meses


La bloguesfera sobre lactancia desborda de información sobre los errores más frecuentes que conllevan al fracaso de la lactancia materna y cómo prevenirlos y solucionarlos.
Las estadísticas de lactancia en España nos informan de que el 80% de las madres salen con el niño al pecho del hospital porque desean dar el pecho, pero al tercer mes, las mujeres que dan lactancia natural a sus hijos no llegan al 40%, mientras que en países como Noruega el 80% de las madres consigue haber dado LME hasta los 6 meses, edad recomendada para iniciarse en la introducción de sólidos.
En España las madres lactantes "se van quedando por el camino" y la mayoría no consiguen las expectativas iniciales (ni siquiera llegan a dar LME hasta que se reincorporan al trabajo porque la mayoría no llega a los 3 meses). Cuando se les permite hablar con sinceridad la mayoría de las mujeres confiesa que les hubiera gustado dar el pecho más tiempo pero que las circunstancias se lo impidieron: trabajo, "falta de leche", lactancia mixta, dolores, agobios...
Abunda el pensamiento del estilo "yo lo he intentado pero si no pudo ser, no pudo ser; total, dos meses de lactancia están fenomenal y son más que suficientes, y las leches de fórmula de ahora están muy mejoradas y mi hijo no se ha puesto enfermo jamás".

En los cursos de preparación al parto se habla mucho de las bondades de la leche materna (que si los niños enferman menos, etc etc) pero parece que una vez que la madre ha dado un poco el pecho, ha vivido la experiencia, ya sabe cómo es y el niño ha tomado un poco de leche materna, la madre ya ha cubierto el expediente y puede empezar a dar biberón de fórmula al niño, "como se ha hecho toda la vida" antes de que esas fanáticas naturistas intolerantes vinieran a presionarnos con su obsesión por la lactancia prolongada...

Aparte de etéreos argumentos médicos que a la mayoría les importa un bledo ("pues nosotros nos hemos criado a biberón y no nos ha pasado nada, y a mi hijo le doy biberón y está más gordo y no se pone enfermo en la guardería"), se invierte poco tiempo en explicar qué narices tiene de bueno para la madre proseguir con la lactancia materna más allá de unas pocas semanas, así que por si a alguna le sirve de motivación, voy a enumerar las razones por las que es ventajoso proseguir con la LME e incluso llegar a una lactancia prolongada más allá de "haber cubierto el expediente".

1.La lactancia materna produce beneficios en quien la recibe tras, y a largo plazo
Los estudios clínicos que comparan los efectos sobre la salud de la alimentación con leche humana versus leche artificial encuentran beneficios para los lactantes alimentados de forma natural, pero cuando la lactancia es prolongada (los famosos 6 meses de LME que recomienda la OMS, seguidos de lactancia y sólidos complementarios hasta el año, y después idealmente hasta los dos años e incluso más).
Dar el pecho unas pocas semanas o meses es mejor que nada, pero tiene poca incidencia a largo plazo sobre la salud del bebé o de la madre.
El pensamiendo de "nah, ya con el calostro y eso algun anticuerpo le habrá llegado al niño y ya se me pondrá menos malo" demuestra que ni se entiende el potencial inmunológico de la leche materna ni se comprende en profundidad en qué radica la superioridad nutricional de la leche materna sobre sus sucedáneos.
Los que se hayan iniciado en la lactancia materna buscando el bienestar de su bebé deben saber que no basta con el típico "mes o dos con biberones de leche de fórmula de tanto en tanto".
El famoso "regalo para toda la vida" del que habla Carlos González es un regalo que se va entregando a plazos durante mucho tiempo.

2. Satisfacción por el trabajo bien hecho.
El sentimiento generalizado en las madres tras una lactancia próspera es de orgullo y tranquilidad por "haber hecho las cosas como naturalmente tienen que ser", y seguramente se atesoren bellos recuerdos de lactancia que acompañarán a la madre de por vida. Ninguna madre lactante que haya tenido problemas oculta sus baches, pero el balance final suele ser muy positivo.
Los casos de "superviviencia" a "lactancias heroicas" (lactancia en diferido, relactaciones, mastitis recurrentes) y otra serie de problemas graves son especialmente meritorios y es comprensible que quien los supera se pavonee un poco.
"Quedarse por el camino" puede conllevar a sentimientos de espinita clavada, de lástima por haber destetado antes de tiempo, incluso de culpabilidad. Hay mujeres que atraviesan incluso depresiones postparto causadas por la frustración de los deseos de lactancia (que no deja de ser un instinto primario).
Estos sentimientos pueden aliviarse mediante la repetición de mantras tranquilizadores:  "tampoco hay ninguna necesidad de estar todo el día con la teta fuera como una vaca", "así el padre pudo dar biberones por la noche y yo dormí mejor", "el pobre se quedaba con hambre porque yo tenía poca leche, es mejor así", etc, y el más común: "la leche de fórmula de hoy en día está tan perfeccionada que total, el niño va a estar igual de bien".
Por supuesto, siempre hay mujeres a las que les importa un pimiento no haber tenido una "lactancia de libro", pero las estadísticas indican que los sentimientos de frustración por no haber cumplido cumplido las expectativas iniciales de duración de la lactancia o haber tenido lactancias angustiosas son muy comunes. Y la lástima es que la mayoría de ellos podían haberse evitado con mejor educación prenatal, concienciación social y mejor formación del personal médico que aconsejó a la madre.


3. El mejor analgésico y la medicina que mejor entra
¿El niño se ha caído y llora desconsolado? ¿Le han tenido que poner una inyección o sacar sangre y le ha dolido horrores? ¿Tiene dolores y está inconsolable, incluso escupe el chupete? ¿Tiene vómitos o diarrea y lleva horas y horas sin querer probar nada sólido?
Teta, teta y teta.
La teta post-trauma es un conocido remedio anestésico y analgésico contra dolores y lloros, disponible y sin contraindicaciones.
Una madre que esté preocupada porque su hijo está enfermo y no ha comido nada sólido durante días puede estar tranquila si le da teta porque casi todos los bebés enfermitos toleran bien la leche materna, y la aguantan un poco mejor en el estómago. La leche es un alimento completo y nutritivo y si es materna contiene componentes beneficiosos a nivel inmunológico y digestivo. Aunque el niño vomite todo lo demás, con la leche materna no se va a quedar desnutrido y mejorará más rápido de un trastorno digestivo.
Y la teta de mamá es taaaaan relajante durante la convalecencia...
La madre por su lado también va a tener menos sentimientos de impotencia ya que puede hacer "algo más" que esperar a que se pase el mal rato y hagan efecto los demás medicamentos.

4. Control de masas
Muy necesario para madres múltiples, que tienen que hacer frente a rabietas a duo, peleas frecuentes, momentos de mal comportamiento sinérgico y crisis de llanto múltiple a diario.
Con la teta, los niños en estado nervioso se resetean y vuelven a su configuración de angelitos habituales. Se quedan relajados y se les pasa el momento de crisis. El sol vuelve a salir y la dinámica familiar vuelve a funcionar.
La alternativa es intentar atajar la crisis mediante algún otro sistema que casi siempre implica más trabajo, paciencia y cansancio.
Con frecuencia el padre de mis hijos resopla porque, después de haber estado durante horas luchando contra la histeria gemelar, llego yo y con 5 minutos de teta los dejo suaves como el terciopelo.
Si alguien tiene un mecanismo mejor para sobrellevar con felicidad una crianza múltiple por favor que lo patente.

5. Tentempié siempre listo
Si el bebé es pequeño, da igual que nos quedemos encerrados con él en un ascensor, o atascados durante horas en la autopista, o que unos amigos nos enreden para quedarnos hasta muy tarde, que no encontremos un bar abierto o que nos pille el huracán Katrina. La teta no se acaba, no hay que comprarla, no se cae al suelo, no hay que calentar ni mantener estéril ni refrigerada.
Si el niño ya es mayor y come otras cosas, puede utilizar la teta como tentempié mientras llega la hora de comer, o para ir aguantando porque no hay posibilidad de darle otra cosa por el momento. Nos ahorramos llantos y que coma entre horas comida basura..
Es un as en la manga en casos de percance o ausencia demasiado larga de casa lejos de otros alimentos.
Por otro lado, a partir de los seis meses, aunque el niño muestre apetencia por otros alimentos y podamos darle otras cosas, sigue necesitando lácteos (el equivalente a medio litro, recomiendan). ¿Para qué "liquidar" el lácteo original si las alternativas (leche de fórmula de tipo II o leche de vaca) no dejan de ser sucedáneos? El lácteo original sigue siendo mejor (y gratuíto). La leche de vaca sólo aventaja a la humana en que se puede cuajar y hacer queso con ella, en nada más.

6. La lactancia "no es eso"
Entiendo perfectamente a las madres que se agobian y destetan antes de los tres meses porque no se ven capaces de aguantar la situación que están viviendo: angustia constante de pensar que la leche es insuficiente, presiones constantes del entorno para dar biberones de refuerzo, pezones irritados cuando no heridos, pechos turgentes hasta el dolor, goteos inesperados, tomas nocturnas cada dos horas, picos de demanda, lloros al pecho...
Se piensan que toda la lactancia va a ser así siempre y se rinden, eso sí, "admirando mucho a las que dan el pecho", como si fuéramos unas mártires que soportan sufrimientos inenarrables.
Pero a partir de los tres meses la situación cambia: la producción se regula, la demanda se estabiliza, los pechos vuelven a su estado previo al embarazo, los pezones están curtidos, la madre tiene más confianza en el amamantamiento...Comparado con el primer trimestre, la lactancia se vuelve una balsa de aceite y los problemas que surgen (como los mordiscos), se suelen sobrellevar mejor. La teta se vuelve menos alimento y más cariño, confort, confianza, consuelo...para el bebé, y la madre empieza a apreciarla también como vínculo.
La lástima es que las que no llegan a vivir la parte dulce de la lactancia vayan "asustando preñás" con sus malas experiencias.

7. Consuelo de madres trabajadoras
Lo ideal sería vivir en un mundo donde una mujer puede criar cómodamente a sus hijos sin que suponga un techo de cristal para su carrera profesional ni la discriminen en el trabajo a su vuelta de la baja maternal, pero eso no es así.  Y si una madre renuncia del todo al trabajo para cuidar a sus hijos debe saber que cuando haya una crisis, o despidan al marido, o le bajen el sueldo, o ella no pueda encontrar otro trabajo cuando quiera volver a trabajar, o se quiera separar de una mala pareja, no va a venir ningún promotor de la crianza con apego a pagarle la hipoteca o el alquiler.
La sociedad educa a las mujeres para que se sientan miserables y culpables por no estar más tiempo con sus hijos (a los hombres se les disculpa siempre y cuando traigan un sueldo a casa). Al menos la teta tras la vuelta del trabajo es recibida como agua de mayo por el niño y es un reencuentro bonito, una compensación y un momento de descanso, cariño, comunicación, caricias...y merienda.
Lo que pasa es que según el tipo de trabajo que se desempeñe y el momento de la reincorporación, extraerse leche en el trabajo para que no se pierda la lactancia puede ser peliagudo. Llegados a este punto es donde otro porcentaje de madres se quedan por el camino y no intentan compaginar lactancia y trabajo.

8. Sin traumas
Igual que hay gente concienciada de que el método Estivill es cruel para los niños, aunque "funcione", el destete drástico decidido unilateralmente por la madre no es plato de gusto para un bebé pequeño. El destete natural suele ser progresivo, y por lo general espontáneo superados los dos años de edad. Lo ideal es que, aunque la madre ponga de su parte para ofrecer cada vez menos teta pasados los meses de LME, sea el niño el que un buen día diga  "ya no me interesa", o la madre promueva el cese de la lactancia cuando el niño realmente ya casi no hace tomas de teta y necesita ese consuelo muy poco. Con el destete natural hay menos lloros del bebé, menos sentimientos de culpabilidad en la madre y menor dependencia de sucedáneos de succión (chupetes) que pueden llegar a costar mucho de quitar.

***
¿Os parecen pocos los motivos para seguir con la lactancia materna más allá de unos pocos meses?

16 de julio de 2014

Causas por las que las madres múltiples suelen acabar con lactancia mixta y no LME (y IV)

Acabamos la serie de motivos principales por los cuales las madres múltiples acaban con lactancias mixtas, destetes prematuros y fracasos con la LME con más frecuencia que las madres únicas.
Se ha obtenido por recopilación de experiencias y testimonios y dado que es una simplificación de la realidad (cada caso es un mundo), espero que nadie se sienta ofendido.

7. Doble riesgo de todo
Estadística pura: si el riesgo de que durante la lactancia de un bebé la probabilidad de que aparezcan problemas (grietas, mastitis, ingurgitaciones, anquiloglosia, problemas de agarre, huelgas de lactancia...) es X, la probabilidad de que ocurra con mellizos es de 2X. Es decir, más probabilidad de tener complicaciones durante la lactancia y de que la madre se desespere y se rinda. La producción de leche con mellizos es alta: las ingurgitaciones acechan a menudo. Las grietas pueden ser en los dos pechos y hay menos ocasiones para descansar los pezones porque cada pecho se necesita en cada toma. Como una madre múltiple se suele enfrentar a la lactancia mútliple pelín acongojada de inicio y escasas perspectivas, es fácil que ceda al desánimo ante cualquier eventualidad "grave".

Errores frecuentes
No acudir a tiempo a un asesor de lactancia cualificado.

Alternativas y sugerencias
Informarse bien para prevenir problemas asociados a los inicios de la lactancia.

8. Síndrome de la nave nodriza y de la actriz porno
Si las madres únicas ya se quejan de que al inicio de la lactancia, que es más demandante, están mucho rato con la teta fuera y se sienten hechas un adefesio, o les da pudor dar el pecho en público, imaginaos lo que puede sentir una mujer con las dos tetas fuera (en caso de querer simultanear las tomas).
Eso conlleva a que para dar el pecho a mellizos en público o delante de visitas pudorosas, hay que desincronizar a los gemelos y hacer dos tomas de pecho en vez de una (para no hacer top-less delante de todo el mundo), con lo cual se alarga el tema que dedicamos al asunto y parece que nos pasamos todo el rato con una u otra teta fuera, dando de comer a uno u al otro, y vuelta a empezar (yo lo llamo "síndrome de la nave nodriza").
Los sentimientos negativos de sentirse sucia, desaseada y utilizada como mero alimento y de equipararse a viles animales paridores pueden hacer mella en las madres menos motivadas, que pueden abandonar la LME para que se encargue otra persona de la alimentación de los niños y ella poder tener las tetas más dentro del sujetador que fuera.

Errores frecuentes
Magnificar el horror de esas situaciones y no tener suficiente paciencia como para que pasen los meses más demandantes de la lactancia.
Ceder a la presion social, por lo general contraria a dar el pecho en público.
Pensar que "por un biberón de leche artificial de tanto en tanto no pasa nada" e ir aumentando su frecuencia hasta desembocar en lactancia mixta.

Alternativas y sugerencias
Intentar simultanear siempre que sea posible las tomas para evitar el síndrome de la nave nodriza. Por ejemplo, usando el coche, las salas de lactancia o lugares donde pueda haber intimidad para dar el pecho a los gemelos de forma simultánea cuando estamos fuera de casa.
La lactancia en mellizos también funciona a oferta sin esperar a que alguno de los dos tenga hambre. Podemos organizar la logística de tal manera que demos el pecho a los dos "aunque no haya llegado su hora" y despues hagamos nuestra "vida pública" sin tantas interrupciones.
Evitar sentirnos desaseadas buscando ayuda por las mañanas para podernos vestir en condiciones y no pasarnos el día en camisón desabrochado y lleno de churretones de leche.
Usar ropa compatible con una lactancia múltiple discreta (por ejemplo, un top y encima una camisa, de manera que nos subamos el top y nos cubra la parte superior de los pechos, y la camisa los laterales).
Hay gente que ve incompatible la lactancia múltiple con la vida pública, aunque se hagan grandes esfuerzos de discreción
 9. Llantos a duo
Algunas madres únicas me dicen que mi experiencia con la crianza de dos niños ha sido buena "porque ninguno ha tenido cólicos" (y ellas dicen que los suyos sí, aunque la palabra "cólico" referida al llanto de los lactantes debería estar reservada para los bebés que cumplen las tres reglas de Wessel, y no simplemente lloran mucho).
Lo que no se imaginan estas madres es que yo, como todas las madres múltiples, ha tenido que aguantar horas de llantos a duo, durante los tres meses que dura la hora bruja, más la alternancia de llantos por uno o por otro...y lo peor: las crisis de llanto múltiple al pecho .
Cuando un niño se retira del pecho llorando como si la leche ardiera es muy desconcertante y produce mucha desesperación en la madre. Realmente, es dificil de justificar delante de la gente pro-biberón por qué aceptas durante días o semanas que un niño o dos lloren casi en cada toma diaria al poco de ponerlos al pecho, con lo doblaos que se quedarían los angelitos con un buen biberón.
Si la crisis de los tres meses da al traste con muchas de las lactancias imaginaos con una crisis de los tres meses a duo: días, incluso semanas de llantos múltiples en casi cada toma de pecho. Una prueba de paciencia que pocas superan.
Las crisis de llanto al pecho no ocurren en todos los bebés ni en todas las lactancias, ni tienen la misma duración, ni tienen por qué repetirse, pero en caso de que se produzcan quizás la madre necesite apoyo emocional extra en la lactancia.

Errores frecuentes
Pensar que siempre que el niño llora al ponerle al pecho es porque la leche es insuficiente (claro, son mellizos y la madre no produce lo suficiente...) y pasarse a la lactancia exclusiva de fórmula o la lactancia mixta, y encima con biberón.

Alternativas y sugerencias
Ante los lloros en las tomas de pecho, hay varias cosas que se pueden probar para eliminar los llantos o hacer que el niño vuelva a engancharse y no se retire del pecho: dar el pecho en posición más reclinada, o mejor incluso tumbada, dar las tomas nocturnas tumbada y no sobre el cojín de lactancia (suele ser necesario desincronizar a los mellizos), cambiar de postura en la toma simultánea,  probar otras posturas desincronizando las tomas, cambiar a los bebés  su pecho habitual (intercambio de teta), intentar que los niños no lleguen a la toma muy hambrientos, reducir al máximo su estimulación durante el día para que lloren menos en las tomas vespertinas...
Ponerse en contacto con un taller de madres lactantes o un asesor de lactancia para compartir experiencias y asegurarnos de que realmente es una crisis pasajera y todo está bien.
Reducir las tomas con público para recibir menos presiones del entorno en caso de que los bebés se pongan a llorar a la teta.


10. Agobios mentales varios en la madre
Por si fuera poco lo que ya hemos descrito, hay muchos más agobios mentales evitables y combatibles que acechan a las madres múltiples y que las llevan a abandonar antes de tiempo la LME.

Por ejemplo, el "síndrome de nave nodriza agravado por sacaleches", que es secundario al "síndrome-de-la-vuelta-al-trabajo-horror-no-tengo-preparado-un-gigantesco-banco-de-leche". Se produce cuando la madre pretende pasarse con el extractor de leche al pecho todo el rato libre que le dejan los mellizos. Esto es un sinvivir que desquicia a cualquiera y que puede acabar justo en lo que no quería la madre: lactancia mixta y recurrir a la leche de fórmula antes de tiempo.
El banco de leche de una madre múltiple debe ser grande, es cierto, porque cunde la mitad que el de una madre única, pero eso no debe llevarnos a agobiarnos demasiado pronto, interferir en la lactancia del delicado primer trimestre o impedirnos disfrutar de la vida.
Además la baja maternal en caso de parto múltiple en España es más larga (dos semanas más por hijo a partir del segundo, el doble de horas de lactancia, que se pueden acumular) y en el afortunado caso de poder encadenar la baja maternal ampliada con la lactancia y las vacaciones, podemos llegar a la posibilidad de cubrir el periodo de 5-6 meses de LME, y después empezar con la alimentación complementaria, en la cual alguna de las tomas pueden ser de papilla de cereales con agua o caldo (ni siquiera tenemos por qué recurrir a la leche de fórmula), y el resto pures de carne, verduras, o fruta. Eso reduce la necesidad de acumular ingentes cantidades de leche (me temo que intentar Baby Led Weaning con mellizos mientras se trabaja sí puede requerir importantes cantidades de leche materna).
La extracción de leche será muy superior y más rápida cuando estemos en el trabajo, tras horas separadas de nuestros hijos, que en casa entre toma y toma, asi que es mejor no agobiarse y esperar a empezar a trabajar para sacarnos leche para el día siguiente, si hace falta.
Me puse como loca a sacarme reservas de leche...y después me di cuenta de que no me hacían falta y el problema fue encontrar la ocasión de gastarlas antes de que se caducaran!!!


Otros agobios mentales de los que me ha llegado noticia es el miedo a enfermar por la exigencia metabólica que la lactancia múltiple exige a la madre. Ciertamente, muchas madres múltiples adelgazan durante el primer trimestre de lactancia a pesar de comer y beber desaforadamente, porque el gasto energético es elevado, pero no conozco a ninguna mujer que le preocupe adelgazar unos kilillos.
La lactancia no produce osteoporosis, ni caries en la madre, y eso se extiende a la lactancia múltiple (en un país civilizado es rarísimo encontrar mujeres con graves deficiencias nutricionales). Lo único que hay que vigilar es no acostumbrarnos a comer desaforadamente porque en cuanto se acabase la lactancia (que es una gimnasia pasiva consume-calorías)o se espaciasen las tomas, engordaríamos todo lo que hubiéramos perdido y más. En cuanto se pase el primer trimestre de hambre atroz, conviene preocuparse de volver  a unas raciones de comida adecuadas tirando a bajas y a preocuparnos por el equilibrio nutricional de las comidas, y encontrar tiempo donde sea para practicar deporte con moderación (aunque sea empujar el carro gemelar por las cuestas del pueblo).
La composición de la leche no se verá perjudicada con una dieta moderada. La lactancia con los meses no solo no se vuelve "aguada" si no que aumenta su contenido calórico así que tampoco es motivo para suspender la LME el haber excedido los 3 o 6 meses.

Por lo demás, las paranoias mentales de las madres mútliples son las mismas que las de las madres únicas.

Errores frecuentes
Agobiarse con cosas que no merecen la pena, no simplificarse la vida, rodearnos de gente amarga-lactantes, no confiar en la naturaleza, creer en mitos de lactancia.

Alternativas y sugerencias
Mens sana in corpore sano. Pensamiento positivo. Priorizar. Compartir las paranoias con otras madres que hayan practicado lactancias exitosas y nos puedan dar comprensión y apoyo emocional. Huir de los ambientes tóxicos para la lactancia.

En resumidas cuentas, después de este gran tocho:
Los principales motivos por los cuales, estadísticamente, las madres múltiples recurren en mayor medida a la lactancia mixta y al abandono prematuro de la LME, se pueden englobar en tres grandes categorías:

1. Consejos e indicaciones inadecuados por parte del personal médico, promovidos por la frecuencia de complicaciones obstétricas e ingresos neonatales de los partos múltiples.
2. Falta de resistencia física y mental de la madre, agravada por las exigencias de la crianza múltiple.
3. Falta de apoyo externo que fomente la LME o el retorno a la LME tras el paso por la lactancia mixta, frecuente en partos múltiples.

Es más de lo mismo, una y otra vez. La lactancia múltiple es más dura que la lactancia única y por tanto, la responsabilidad  de los profesionales que atiende a la madre es mayor y la necesidad de que la madre esté motivada, relajada, contenta, confiada, ayudada y apoyada emocionalmente es mayor. Una madre múltiple con tendencia a agobiarse tiene casi todos los números para fracasar en su lactancia. Da igual que tenga experiencia previa con la lactancia de otro hijo. Por eso las estadísticas son las que son y las madre múltiples que dan LME  y lactancia prolongada siguen despertando admiración, extrañeza y estupor.

Los tres categorías anteriores a su vez pueden resumirse en una única causa de fracaso de la LME:

La mentalidad de "voy a intentar dar lactancia materna", en vez de "voy a dar lactacia materna".


Las madres que dan LME a sus hijos no es por ausencia de dificultades, es porque han sabido sobrellevarlas y vencerlas. Y no hay más. Si al final, por mucha letra que haya detrás, es todo así de sencillo.

Causas por las que las madres múltiples suelen acabar con lactancia mixta y no LME (III)

Proseguimos con la enumeración de los principales motivos por los cuales es más frecuente encontrar casos de lactancia mixta que LME en madres múltiples. No dejan de ser, en el fondo, los mismos motivos que explican el abandono prematuro de la LME en madres únicas y el fracaso de la lactancia materna en general.
Los motivos anteriores eran:


1. Flaqueza de fuerzas de la madre
2. Uso de biberones

3. Mal seguimiento del consejo médico de suplementar
4. Esclavos de la báscula

5. Resistencia a buscar información adecuada y apoyo
Toda madre embarazada que desee dar lactancia materna tiene deberes que hacer, y no me refiero precisamente a comparar modelos de carro (de eso que se encargue el padre) o buscar modelos de cortinitas con dibujos de ositos para la habitación del bebé.
Debe buscar información sobre cual es el mejor lugar de su zona para dar a luz, comprobar si siguen protocolos IHAN y buscar el teléfono de la asociación de apoyo a la lactancia mas próximo a su domicilio, además de quedarse con el dato de quién es la matrona o pediatra especialista en lactancia de su zona y si se celebran talleres post-parto para madres. Y no solo buscarlo para tenerlo, si no...¡¡hacer uso de él en cuanto haga falta!!
Esto parece una tontería porque en las grandes ciudades hay muchos talleres y asociaciones, pero en los pueblos de provincias puede ser complicado dar un asesor de lactancia cualificado.
Mal asunto quien piense que incluso con mellizos la cosa va ser ponérselos a la teta, esperar a que se obre el milagro, y si no se obra, lactancia mixta o artificial. ¿Qué clase de mentalidad es esa?
Y claro, abundan testimonios de mujeres que ya sea por unos motivos u otros (cesárea, ingreso en prematuros, agobios mentales varios, pediatras incompetentes...) se pasaron a la  lactancia mixta y después a la artificial exclusiva sin haber puesto el pie en un taller post-parto, donde hay experiencias de lactancias prolongadas, ni ponerse en contacto aunque sea via teléfonica con un asesor de lactancia cualificado. Las mas interneteras buscan ayuda no especializada en foros femeninos multitudinarios.
HORROR
Los consejos más espantosos a nivel de lactancia los he visto precisamente en este foro.
Las madres múltiples, al igual que las que tienen otro hándicap de inicio (pezones planos, hipotiroidismo, síndrome de ovarios poliquísticos...) no deberían dejar que les pille el toro y llegar al parto muy motivadas e informadas  de cómo reconocer a los Pediatrasaurios rex, matronas incompetentes, protocolos neonatales obsoletos y toda esa clase de peligros que acechan a las madres lactantes.
Las madres múltiples son víctimas propiciatorias, y por eso toda precaución es poca en su caso.

Errores frecuentes
Los talleres de madres postparto no son sectas de fanáticas naturistas.
No todos los pediatras y matronas dan consejos adecuados sobre lactancia.
Hay que informarse sobre a quien debemos acudir en caso de emergencia lactante y perder miedo a los grupos de apoyo a la lactancia.

Alternativas y sugerencias
Dedicar mucho tiempo durante el embarazo a informarse en condiciones de temas de lactancia, aunque nos quede menos tiempo para preparar un ajuar que el bebé ni demanda, ni necesita, ni aprecia, ni valora, ni repercute en su salud.

6. No diferenciar entre lactancia "a demanda" y lactancia "a oferta"
Cuando una tiene que alimentar a dos bebés y se da cuenta, oh sorpresa, de que no los ha parido sincrónicos, surge una duda. ¿Qué pasa si uno tiene hambre y el otro no? Obedeciendo modosamente a la indicación de lactancia a demanda, empieza darles tomas no simultáneas, con el consiguiente agobio por no parar de dar teta en todo el día, desincronización cada vez más acusada de las tomas, y crisis de llanto porque a media toma el otro bebé descubre que tienen hambre y zasca, ya tenemos a la madre dando pecho a uno de los mellizos y a algún familiar bienintencionado dandole un biberón salvador al otro mellizo. La lactancia mixta perpetua está al caer.

La lactancia de mellizos tiene la particularidad de que, aparte de ser a demanda (de lo contrario la produccion de leche de la madre nunca se ajustará a la necesidad de los hijos), funciona "a oferta".
Eso significa que cuando el mellizo mas glotón pide teta, lo que evita más problemas a larga es ponernos a los dos a tomar teta simultáneamente, aunque el otro remolonee un poco o no haya dado síntomas de hambre. Eso implica que si  hay que despertarle, se le despierta. Pocos bebés hay que rechacen una teta cuando se la dan, aunque sólo sea para tomar un chupito, remolonear un poco con succión no nutritiva hasta que se les despierte la gazuza o simplemente, hincharse igual que el otro. Asi que no estará de mal humor aunque se le haya despertado para comer. Tanto de día como de noche.
Si uno acaba antes que el otro tenemos varias opciones: dejarle a la teta hasta que el otro acabe, dejarle en nuestro regazo con la teta fuera de la boca hasta que el otro acabe, o dejarle ir si es suficientemente mayor y seguir con el otro si va más lento (una madre múltiple lactante experta sabe diferenciar cuándo cortar las tomas una vez que los dos han tomado lo suficiente).
Al final ahorramos tiempo y el patrón de lactancia no difiere mucho del que tendría una madre única. Las noches también se simplifican, aunque como el cojín de lactancia por la noche es un gran agobio, puede ser sensato probar la técnica del "vuelta y vuelta" (colechar con los mellizos a ambos lados e irse girando a uno u otro) dejando que se desincronicen un poco y ver cuál  es la manera que nos permite dormir mejor y menos lloros provoca.
Los picos de demanda por brotes de crecimiento se responden de la misma manera: pecho a demanda...del que demande primero, y el segundo que espabile.
Cada niño tiene su pecho asignado, aunque se pueden intercambiar entre tomas o de tanto en tanto. ¡¡La lactancia es más estable de lo que nos quieren hacer creer!!
La lactancia materna no induce a obesidad futura a los niños, así que lo peor que puede pasar es que el bebé menos glotón engorde a mejor ritmo que el otro, cosa que no preocupará al pediatra.

Errores frecuentes
Tomarse lo de lactancia a demanda demasiado literal.
Sentir una pena insuperable por despertar al mellizo menos hambriento.

Alternativas y sugerencias
Ir a lo práctico y simultanear las tomas siempre que se pueda!!!!!!!!

El Angelito1 (izquierda) desarrolló papada y unas lorzas importantes debido a que iba a remolque en la lactancia respecto al Angelito2, alias "el Barracuda".
(continuará)

Causas por las que las madres múltiples suelen acabar con lactancia mixta y no LME (II)


Esta es la continuación de una entrada anterior, que enumera los principales motivos por los cuales es más frecuente encontrar casos de lactancia mixta que LME en madres múltiples. No dejan de ser, en el fondo, los mismos motivos que explican el abandono prematuro de la LME en madres únicas y el fracaso de la lactancia materna en general.


3. Mal seguimiento del consejo médico de suplementar
Ya la tenemos liada. Los mellizos salen con poco peso (es lo que tiene el embarazo múltiple) y en un percentil  bajo y por algún extraño motivo, hay que conseguir que engorden como terneros para que se pongan cuanto antes igual de gordos que si no hubiesen sido mellizos o prematuros, incluso a un ritmo de engorde superior al de los bebés nacidos de parto único. Así que un Pediatrasaurio rex  aconseja suplementar y a la madre ya se la han metido doblada.
También puede suceder que en las recomendaciones de alta hospitalaria ponga una frase ambigua del estilo "dar pecho a demanda y suplementar en caso de que no sea suficiente". Y la madre, ya en su casa, se echa a temblar porque una madre reciente tiende a pensar que nunca el pecho va a ser suficiente.

Una puérpera vulnerable, criada en una sociedad que no transmite confianza en el proceso de lactancia materna, va a tardar en aceptar que una toma ha sido del todo buena, y más aún en aceptar que ha sido suficiente, máxime cuando el bebé o bebés maman cada hora u hora y media (¿brote de crecimiento?), o llora al pecho (¿huelga de lactancia?).
Resultado: siempre tras cada toma de pecho (a veces, sin ni siquiera esperar a que el niño haya acabado realmente la toma) ofrecen un suplemento (para más inri suele ser en biberón), y lo normal es que el niño trague algo (o bastante si se ofrece en un biberón clásico), con lo cual se genera el bucle de pensamiento de que la leche no es suficiente y que ya hay que suplementar siempre. Entonces se instaura la lactancia mixta en uno o los dos bebés y de ahí a la lactancia artificial exclusiva sólo hay un paso.

Eso conlleva a que la lactancia realmente no sea a demanda, y por tanto que la producción de leche en la madre no se optimice, lo cual crea el círculo vicioso de que va a necesitar suplementar, y  ya tenemos un bucle creado dificil de romper.

Yo supe que mi lactancia iba a tener éxito cuando tras la primera toma en casa, presa de la inseguridad de primeriza y con un largo historial de problemas de agarre a mis pezones planos a mis espaldas, di jeringuilla (con leche mía extraída) a los gemelos, aunque el agarre me había parecido bueno y la duración de la toma había sido normal. ¡Pero hasta en las tomas que di en la unidad de neonatos, las enfermeras suplementaban después! El Angelito2 tomó muy poco de la jeringuilla y el Angelito1 no quiso saber nada. En ese momento supe que mi lactancia iba a funcionar, y no volví a ofrecer suplemento nunca más.  Se inició la LME a demanda, como tenía que ser. Pero si por algún motivo los angelitos hubieran tomado una cantidad apreciable de leche en jeringuilla, mi propia inseguridad me hubiera hecho ofrecer jeringuilla siempre, y mi LME hubiera naufragado.

Errores frecuentes
Ofrecer suplemento "por si acaso" aunque la toma haya sido buena (agarre sin dolor, succión nutritiva, duración suficiente, el niño se retira solo del pecho o no se queja si le quitamos el pezón estando dormido).
Ofrecer suplemento porque pensamos que el niño se queda con hambre cuando el patrón de tomas es normal (8-12 tomas diarias) y no hay motivo médico para pensar que el niño tiene un problema.
Ofrecer suplemento porque nos interesa a nivel logístico que el niño se quede doblao y duerma más tiempo entre tomas.
Ofrecer suplemento en biberón, y peor aún si un biberón clásico, sin válvula.
Hacer caso a Pediatrasaurios rex. Las recomendaciones médicas no son el evangelio, se siguen repartiendo consejos obsoletos sobre lactancia. De pediatras los hay buenos, regulares y malos, como en todas las profesiones.
Tener biberones y botes de leche artificial a mano en casa, tentándonos cada vez que abrimos el armario.
No soltarle un bufido al familiar bienintencionado que sugiere dar biberones "porque parece que el niño se ha quedado con hambre" (sieeeempre la culpa de que un niño llore es de la lactancia, sieeeempre).
No ponerse inmediatamente en manos expertas cuando vemos que es dificil escaparnos de la lactancia mixta. Es una situación que se suele poder revertir, y mejor si nos ponemos a ello cuanto antes.
Confundir los brotes de crecimiento y las huelgas de lactancia por lo que no son y empezar a suplementar por falta de paciencia.


Alternativas y sugerencias
Ofrecer suplememento en jeringuilla (o biberón con válvula como mal menor), única y exclusivamente si no nos ha subido aún la leche o la toma ha sido un rotundo y objetivo fracaso.
Usar un relactador.
Los niños se calman siempre con la teta, pero no siempre es de hambre (¿cólicos? ¿exceso de estimulación? ¿Hora bruja? ¿Incomodidad, dolor, calor, frío, pañal sucio?). No es sabio pensar que siempre que el niño llora, es porque nuestra leche es insuficiente.
Aceptar que, dado que la producción de leche funciona a demanda, los primeros meses la demanda ha de ser intensa (y ha de ser así, sin suplementos).
Ponerse en manos de un asesor de lactancia cualificado (no cualquier matrona ni mucho menos un pediatra del montón) en caso de que las tomas en casa sigan siendo desastrosas o sospechemos que algo no va bien y que el niño se queda realmente con hambre, pese a tomar pecho.
No tener biberones y botes de leche artificial demasiado a mano para evitar tentaciones.
Ponernos en contacto con madres lactantes con experiencias exitosas y talleres de madres en busca de confianza y autoestima.

4. Esclavos de la báscula
Si a un niño le dan de alta de un hospital es que ha llegado al peso mínimo de alta, que depende del hospital pero suele rondar los 2.200 gr. Un pediatra responsable no da un alta en neonatos si no piensa que ese niño está sano y espabilado para mamar en condiciones. Así que aunque sea pequeño y esté en un percentil miserable, la lactancia a demanda sigue siendo válida para él, y si no hay problemas de pérdida muy aparente de peso, los suplementos no hacen falta, diga lo que diga el pediatrasaurio de turno.
Si las madres estuvieran mejor informadas y confiaran en la producción de leche a demanda, muchos suplementos innecesarios se evitarían.
Suplementar las tomas de un niño sólo porque nos hace ilusión ver que escala percentiles y no se queda anclado en su miserable percentil bajito porque ha sido mellizo ochomesino es un cañonazo en plena línea de flotación de la LME.
La pérdida y los estancamientos de peso de un  neonato ha de ser valorado cuidadosamente por el pediatra y el asesor experto en lactancia. En ningún caso está justificado suplementar con leche artificial a bote pronto: en todo caso lo que el bebé parece que está demandando es más pecho.
Algunos motivos médicos frecuentes detrás de la poca ganancia de peso de un recién nacido son: anquiloglosia (problemas de frenillo, algunos solo detectables por personal experto), anemia, infecciones, intolerancias y alergias alimentarias, problemas de tiroides en la madre...
Cuando un bebé realmente gana poco peso hay que realizar una batería de pruebas médicas a la madre y el bebé para dar con el trasfondo del asunto, antes de cargarse la LME.


En el común de los casos (estancamiento prolongado del peso sin que sea un problema médico ni de técnica de lactancia, porque el niño ha salido delgadín y la madre está muy preocupada) lo "peor" que puede pasar es que nos manden empezar con los cereales a los 4 meses y no a los 6, pero replantearse la LME de buenas a primeras, no está justificado.
A mismo volumen de líquido, la leche materna es más calórica que la de fórmula (tiene más grasas e hidratos de carbono, pero es más digestiva porque tiene menos proteínas), así que pasarse a la leche de fórmula para que el niño engorde más es, sencillamente, estúpido (a no ser que queramos simplemente cebarle y darle más volumen de alimento del que la criatura está demandando).

Errores frecuentes
No indagar realmente los motivos médicos detrás de la poca ganancia de peso de un neonato.
Hacer caso sin más al pediatrasaurio de turno, como si su palabra fuera el evangelio.
Pasarse del todo a la lactancia artificial exclusiva sin intentar lactancia mixta mientras se investiga el motivo del bajo peso/poca producción de leche de la madre.
No entender el significado de los percentiles y pensar que si el niño se mantiene en un percentil bajito, es porque no está sano.

Alternativas y sugerencias
Indagar los motivos médicos detrás de una baja producción de leche o escasez de aumento de peso del bebé: pueden ser problemas de técnica de lactancia o problemas ocultos de salud tanto en la madre como del bebé.
Pedir una segunda opinión a un asesor de lactancia cualificado para saber si realmente es necesario suplementar (todos los asesores de lactancia son suficientemente responsables como para aconsejar lactancia mixta cuando realmente es necesario).
No usar biberones para suplementar, o en todo caso, usar biberones con válvula como mal menor.
Antes de un brote de crecimiento el peso puede estancarse temporalmente: no hay que asustarse ni ir corriendo a suplementar.

(continuará)

Causas por las que las madres múltiples suelen acabar con lactancia mixta y no LME (I)

Dar el pecho a mellizos tiene alguna ventaja sobre dar el pecho en tándem (no suelen surgir agitaciones de lactancia) pero en general tiene más dificultades que la lactancia "única": las tomas simultáneas son más aparatosas, mayor dependencia del cojín de lactancia, tomas nocturnas inacabables, doble probabilidad de que alguno de los niños tenga problemas de agarre o succión, menor descanso de los pechos y los pezones...
Y pese a todo eso, yo no considero que mi lactancia sea una proeza imposible, aunque tengo que asumir que, estadísticamente, soy una rara avis.
Lo más frecuente para madres múltiples es la lactancia mixta (que suele ser el paso previo a la artificial exclusiva), o LME muy cortas (menos de tres meses). Las madres múltiples con LME durante 6 meses y que encima sigan con teta hasta el destete natural son una excepción y por ese motivo es frecuente que los profesionales (matronas/ ginecólogos/ pediatras/ enfermeras se sorprendan, se queden ojipláticos, te feliciten, te admiren, te llamen super-mamá y en general, flipen en colores con lo tuyo.

¿Cuál es el secreto de la LME con mellizos (o trillizos) y por qué la mayoría de madres múltiples no llegan muy lejos en esa aventura?

Pues ciertamente y al menos en mi caso no es porque la naturaleza me haya sonreído ni me lo haya puesto fácil: parto prematuro, cesárea no respetada (nada de piel con piel), separación de 48 horas con los bebés, complicaciones post-parto y de salud (ni siquiera me podía sostener de pie sin muletas por la ciática, los dolores eran terribles), pezones planos en ambos pechos, ingreso en neonatos de los dos niños, problemas de agarre con grieta que me duró un mes...
Y sin embargo yo conseguí establecer LME (y disfrutándola) y la mayoría de madres múltiples, incluso con mellizos a término, partos vaginales y sin otras complicaciones, no.

Tras recoger muchos testimonios he sacaso mis conclusiones y voy a enumerar los motivos por los que creo que muchas lactancias de mellizos acaban en lactancias mixtas o artificiales exclusivas, y no LME.
Algunos motivos son únicamente aplicables a la falta de paciencia o esfuerzo de la madre pero la mayoría son una conjunción de entorno hostil hacia la lactancia, malas prácticas de lactancia y pésimos consejos de inicio. Que conste que no estoy diciendo que se tengan que dar todos los motivos a un tiempo en la misma persona: simplemente recopilo algunos de los errores más frecuentes y ofrezco alternativas.

¿Por qué pinto tan negativa la lactancia mixta? Bueno, pues porque da el doble de trabajo que la LME y la mitad de satisfacciones, y de lo que se trata es de facilitar la crianza de los mellizos, no de complicarla. Eso sin contar con que la LME es, desde el punto de vista nutricional y de salud, lo mejor para los bebés, en especial si han sido prematuros.

Si estás embarazada de mellizos y quieres intentar la lactancia natural, o acabas de dar a luz a mellizos y te das cuenta de que tu lactancia tiene más de mixta que de LME y te da pena que la cosa acabe así, puedes extraer consejos sobre cómo afrontar la situación e intentar pasar a la LME.

Motivos frecuentes que explican la lactancia mixta en mellizos (también aplicable a partos únicos)

1. Flaqueza de fuerzas de la madre
La verdad es que yo no se como aguanté tanto sin dormir más de dos horas seguidas durante más de tres meses, y sólo con una siesta y un vaso de cocacola al día. Creo que me ayudó entender que eso es lo normal en caso de tener recién nacidos en casa y que no iba a durar para siempre, así que merecía la pena hacer acopio de fuerzas. Eso, y que recuperar la movilidad de las piernas después de más de un mes casi inválida por la ciática me hizo disfrutar de la vida con renovadas energías.

Pero el cansancio y la falta de sueño pueden hacer mucha mella en cualquiera, la gente sigue queriendo tener niños de película que con un mes ya duerman toda la noche, o dormir muy seguido tras el parto, y al final la cosa acaba en biberones por aquí, biberones por allá...descanso para hoy, lactancia mixta para mañana.

Errores frecuentes:  
Aceptar solicitudes bienintencionadas de biberones para poder descansar.
Pensar que tras tener un bebé lo normal es conseguir dormir más de dos horas seguidas sin un llanto y no estar psicológicamente preparada para la realidad de tener hijos.
Intentar que el niño duerma muy pronto solo en su cuna, lo cual es anti-natura; resistirse al colecho.
Delegar en un familiar la alimentación del bebé durante demasiadas horas para dormir o "recuperar la vida propia".
No aprovechar los ratos entre tomas de lactancia materna para descansar, y ocuparse de la limpieza de la casa u otras actividades que se pueden posponer o delegar.

Alternativas y sugerencias:
Colechar para que los niños lloren lo menos posible, tetear para dormirles (al menos de inicio, luego nos podemos pillar los dedos con el exceso de despertares nocturnos, pero eso tiene solución así que mejor que durante el primer trimestre, vayamos a lo fácil).
Tomas simultáneas con cojín de lactancia de noche, o probar el "vuelta y vuelta" si vemos que es mejor desincronizarlos ligeramente de noche.
Delegar el cuidado de otros hijos y las tareas domésticas lo máximo posible.
Aprovechar las siestas de los bebés para descansar.
Utilizar un cojín de lactancia gemelar y simultanear las tomas para intentar sestear durante las tomas.
No tener biberones ni botes de leche artificial en casa, o esconder los que nos han regalado, y dar instrucciones a nuestro entorno de que gracias pero no, el uso de biberones y leche artificial mientras la lactancia no está bien establecida puede llevar a problemas de producción de leche, que ha de funcionar a demanda.
Acudir cuanto antes a un asesor de lactancia cualificado si tenemos problemas para simultanear las tomas o creemos que los niños lloran demasiado y el descanso es imposible.
Evitar paparruchas pseudofeministas acerca de la importancia de implicar al padre en la alimentación de los bebés: el padre tiene otras funciones que no son dar biberones y lo mejor que puede hacer el padre para sus hijos es no sabotear los esfuerzos de lactancia de su mujer.

2. Uso de biberones
Mira que hay información que desaconseja el uso de biberones y tetinas hasta que la lactancia esté establecida, pero ni caso. Debe ser que la gente se piensa que la lactancia está establecida cuando a la madre le sube la leche y el bebé se agarra, PERO NO. Hasta pasado el mes no está bien establecida una lactancia y de hecho la producción de leche no se regula hasta pasado el tercer mes, así que yo haría los experimentos con gaseosa hasta pasado ese tiempo.
Pues bien, la gente sigue dando leche en biberones hasta que le sube la leche a la madre, o porque el médico ha dicho que suplementen. Tener que suplementar con algo a mellizos es muy frecuente en madres múltiples porque el porcentaje de cesáreas e ingreso en neonatos es muy alto en ese colectivo, así que una embarazada de mellizos debería tener las cosas muy claras y estar preparada para esa eventualidad antes de acudir al hospital.


La gente se toma a chirigota el pánico a los biberones, y piensa que es cosa de esas locas pro-lactancia y de sus paranoias catastrofistas, pero lamentablemente los casos de confusión entre tetina y pezón y los posteriores problemas de agarre y rechazo del pecho, existen. Además poca gente tiene la prevision de usar un biberón con válvula como mal menor.
No se trata de ver a los biberones como inventos del maligno, si no de retrasar su uso hasta que la lactancia esté de verdad de la buena bien establecida.
No se trata de dejar que el nenonato esté berreando de hambre porque no se le puede dar de comer otra cosa que no sea leche materna, se trata de no acostumbrarle a los biberones por si las moscas.

Errores frecuentes
Cometer el error de dar a luz mellizos en un hospital que no tenga acreditación IHAN o esté en proceso de obtenerla, o que no tenga una unidad de neonatos como Dios manda. Hay muchos hospitales (con frecuencia privados) con protocolos de lactancia muy obsoletos.
Meter biberones en la maleta para acudir al hospital.
Ceder a las presiones externas (familiares, enfermeras) para utilizar biberones en vez de otros artilugios como jeringuillas o vasitos.
Pensar que eso de la confusión tetina-pezón es un cuento asustapuérperas y que los biberones no interfieren en el debut de la lactancia.
Dejar que se lleven a los niños por la noche al nido del Hospital con la excusa del descanso materno (fijo que les caen biberones pirata): hay que montar un pollo e incluso amenazar con reclamar.
Usar biberones "baratos" en vez de gastarse la pasta en un buen biberón con válvula, que requiere una succión más parecida a la fisiológica, como mal menor.
No estimular el pecho "porque total, todavía no me ha subido la leche" o "total, ya está comiendo de biberón, ya le daré pecho más tarde". La producción de leche funciona a demanda!! (menos estimulación, menos producción).

Alternativas y sugerencias:
No poner un pie para dar a luz a mellizos en un hospital que no tenga acreditación IHAN o esté en proceso de obtenerla, o que tenga una unidad de neonatos como Dios manda, en la cual se permita el acceso libre de los padres las 24 horas, se anime a realizar el piel con piel, usen leche materna extraída para dar de comer a los neonatos y usen jeringuilla o vasito para suplementar las tomas.
Usar jeringuillas para suplementar con leche artificial mientras a la madre no le suba la leche. Jeringuillas normales, de las de 5 ml: se pueden cargar tantas veces como sea necesario y requiere poca práctica aprender a usarlas para dar de comer.
Informar a familiares y personal médico de que usen jeringuillas (o vasitos) para suplementar, incluso con amenazas (la desobeciencia es esperable).
Primero el pecho, después los suplementos. Respetar estrictamente ese orden.
Seguir estimulando el pecho (con bebé o extractor) cada dos o tres horas tras el parto aunque los niños realmente se estén alimentando momentáneamente con otra leche (¡Hola! Acabas de tener un niño, o varios. ¿Qué te esperabas que era esto?).
En caso de tener que dar volúmenes apreciables de leche y que la jeringuilla ya no sea práctica, usar biberones con válvula como mal menor.


(continuará)

9 de julio de 2014

Enemigos sutiles de la lactancia materna (III): El reloj

De acuerdo, la lactancia materna es a demanda y no tiene horarios. Ha costado, pero más o menos la gente lo tiene claro.
Pero basta hablar con cualquiera que haya dado pecho para saber que el promedio de autonomía que tiene un bebé lactante es de unas dos horas entre toma y toma (incluso de noche) y a partir de los dos o tres meses, lo esperable es que las tomas duren menos de 10 minutos (y el primer mes se van fácil a los 45 minutos). O sea, que las madres lactantes sí que miran el reloj.

De hecho las que hayamos escrito un diario de tomas lo hemos tenido muy en cuenta y tenemos registradas los patrones de lactancia de nuestros hijos.

Las que hayan hablado con gente que da biberón y las que lo hayan probado habrán constatado que los niños alimentados con sucedáneo de leche materna aguantan unas tres horas entre toma y toma, lo cual erróneamente es considerado como algo positivo de la lactancia artificial. Incluso MUY POSITIVO, cuando es un reflejo de que la leche artificial es menos digestiva porque se parece menos a la leche humana de lo que la gente cree.
Los padres que prueban el biberón de leche artificial y constatan "esos efectos beneficiosos" seguramente darán otro biberón en otra ocasión, y luego otro biberón más, y al final la LME pasará a ser mixta, y después a ser exclusiva artificial...y así entendemos las estadísticas de duración de la lactancia materna.

Preferir la lactancia artificial en vez de la natural "porque el niño muestra apetito cada menos tiempo" es una conducta nutricional negligente por parte de los padres (y a quien le pique que se rasque), y es fácil de entender cuando se establecen paralelismos con la alimentación adulta. Todos sabemos que comiendo un plato de fritanga, el cuerpo tiene sensación de saciedad durante más tiempo que comiendo un plato de menestra de verduras. ¿Qué es mejor desde el punto de vista nutricional y de alimentación saludable: comer tres veces al dia platos de fritanga, o comer cinco veces al dia platos de verduras, ensalada y fruta? Pues eso.

De hecho, buena parte de los padres que habrán preferido el biberón por encima de la lactancia natural lucharán después para que sus hijos coman más verdura, porque son conscientes de que no es saludable comer todos los dias chicha y patatas fritas, aunque la verdura "llene poco". ¡Qué incongruente por su parte!

Los preocupantes estudios que indican que los niños alimentados con leche artificial, incluso aquellas "de nueva generación" con menos cantidad de proteínas, tienen más probabilidad de tener problemas metabólicos en el futuro que los alimentados con leche materna, se han realizado sobre niños cuyos padres también dijeron "pues yo le he dado biberón a mi hijo y no le ha pasado nada, está muy sano". (Y que conste que no creo que esos resultados se deban solo a la composición de la leche, también a la cantidad de leche suministrada).


Pero la mayoría de padres no saben o prefieren no hacer caso a las alertas sobre lo dificil que es digerir la leche artificial en comparación con la leche materna. Ellos lo que ven es que cuando le dan un biberón al niño, toma mucha cantidad y se queda doblao, el angelito. En cambio con la teta uno nunca sabe cuanto ha comido, y aunque se duerma, al poco vuelve a despertarse, y siempre tenemos la neurosis de si se habrá quedado con hambre. Lo que ocurra en las tripitas del angelito les importa poco o nada.

No pocas veces unos padres que habían empezado con lactancia materna  aumentan la frecuencia de los biberones por motivos aun más egoístas, como conseguir que el bebé les deje dormir una horita más entre tomas nocturnas, que les deje comer tranquilamente con los amigos (y no les arruine la sobremesa) o simplemente, delegar la alimentación en otra persona durante un tiempo sin pasar por el trámite previo de la extracción de leche (esos biberones paternos nocturnos, esa abuela dando biberones para que los padres puedan ir al cine...).

En ambientes pro-lactancia natural explicar esos metodos de crianza son base segura de críticas y reproches (y luego las demas quedamos como unas fanáticas intolerantes), así que esos padres suelen disfrazar su fracaso en la LME con explicaciones poco contundentes del estilo "es que no tenía leche suficiente", "el niño se quedaba con hambre, " con el biberon duerme mejor", etc etc, que a lo mejor cuelan con la gente que no sabe de lactancia materna, pero a las "expertas" nos producen mucha tos.

Quien quiera dar LME tiene que saber lo que hay y es evidente que no todas las madres aceptan gustosas la demanda cada dos horas. Las madres que sí lo aceptan porque saben cómo funcionan los niños de carne y hueso y no los Nenuco suelen recurrir a técnicas como el colecho nocturno, el porteo, la extracción y conservación de leche materna y dar el pecho en público para que la demanda de teta interfiera lo menos posible en sus actividades diarias (dormir, ir de compras, quedar con los amigos...). Pero hay gente que prefiere relativizar lo que más conviene a su hijo con tal de que nadie les vea un asomo de pezón, les arruine la vida social o les tomen por hippies, ceden a la presión y se pasan al biberón. Yo los llamo "lactantes conservadores".

Al final esta gente contribuye a dar la imagen de que la lactancia materna es algo muy complicado y sacrificado que solo una panda de fanáticas antifeministas con alma de mártires está dispuesta a soportar.
No se trata de ser mártires que se pasan todo el día con la teta fuera, se trata de tener un mínimo de paciencia y de utilizar el sentido común para facilitarnos la vida, no complicárnosla. Y de no renunciar a lo mejor para nuestro hijo por una miserable hora de diferencia.

Estoy segura de que vosotras también conoceis casos de padres que se pasaron al biberón porque su hijo "comía cada demasiado poco"...

No eres rara: 10 pensamientos frecuentes en las madres lactantes


A continuación hago acopio de paranoias lactantes, es decir, pensamientos recurrentes en madres lactantes, propias de su situación y que tienden a remitir por sí solas e incluso desaparecen para siempre después o una vez progresa la lactancia. Estos pensamientos a veces provocan que las madres lactantes parezcan bichos raros y que la gente de su entorno no las comprenda. Incluso pueden provocar discusiones parentales acerca de la forma de crianza. No tienen por qué darse conjuntamente en todas las madres, pero las he escogido por ser preocupaciones frecuentes entre las madres lactantes.

1. Destete, qué penita
Da igual el tiempo que lleve el niño mamando. Da igual que hayamos superado con creces el tiempo de lactancia materna exclusiva recomendado por la OMS. Da igual que la lactancia esté resultando dura (mastitis recurrentes, grietas, lactancia diferida...) y que las noches sean malas, o que el niño esté demostrando claramente que ya no necesita el consuelo de la teta.
La lactancia es el último cordón umbilical que hay que cortar con el bebé. Los que no entienden que lactancia materna no es sólo alimento si no ante todo, vínculo, no pueden entender que a una madre, incluso aunque ya esté cansada de la lactancia y reconozca que su niño ya es muy mayor, tenga pesadumbre cuando piense en destetar sin vuelta de hoja. Destetar tempranamente puede llevar a la madre a tener sentimientos de frustración, fracaso, inferioridad  y culpabilidad, sobre todo si es un destete forzado por circunstancias adversas o por "el cochino trabajo".
Pero es que aunque el destete se produzca en un niño mayor, o por decisión unilateral del propio bebé, siempre hay que pasar el duelo de admitir que perdemos "a nuestro bebé". Podemos llenar ese vacío teniendo otro bebé...¡pero no indefinidamente!
El número de mujeres que se arrepiente de haber destetado pronto es superior al de mujeres que piensan "ojalá le hubiera destetado antes" (cachisenlamar, ahora no encuentro el enlace a un estudio que se hizo al respecto).
Por eso se recomienda que el destete se lleve a cabo de forma natural y progresiva, sin que la madre presione por dar más teta, pero hasta que el niño quiera (normalmente alrededor de los 2-3 años, porque el "récord mundial" creo que está en 7-8). Así resulta menos traumático para los implicados. Si la madre está muy harta con las tomas nocturnas puede intentar la alternativa del destete nocturno antes de planterase el destete definitivo.
En toda la blogosfera y también en este blog hay muchos consejos e indicaciones para superar los problemas cotidianos y las presiones psicológicas que pueden llevar a una mujer a pensar en destetar prematuramente a su hijo.

2. La leche de fórmula es veneno
Todo un clásico. Ya sea porque nos incorporamos al trabajo, o porque el niño ya está en edad de tomar otras leches, o nos tenemos que ausentar, o hay que suplementar las tomas, casi a todos los niños les cae un biberón de leche artificial en algún momento de su infancia. El pensamiento de que le estamos dando un pobre sucedáneo de dudosa procedencia y con imprevisibles secuelas se viene a la cabeza. Unido a sentimientos de culpabilidad y de ser mala madre por suministrar productos de peor calidad a sabiendas. Pensamientos parecidos retrasar  el momento de darle al niño leche de vaca normal, incluso aunque ya esté en edad de tomar queso o yogures u otros productos que contienen suero de leche o leche en polvo (galletas, potitos...).
Esta sensación se pasa cuando se usa la leche de fórmula a menudo (¡¡y es un motivo principal de destete prematuro!!) y a medida que la alimentación del niño es más variada.

3. La leche materna vale oro
Cuesta trabajo mantener una lactancia  pese a las presiones externas, sobre todo si ha habido problemas (mastitis, prematuridad, poca producción inicial...), y cuesta trabajo extraerse leche, como para estarla desperdiciando porque se ha conservado mal, o porque el niño se ha dejado medio biberón después, o incluso porque un pecho gotea mientras el bebé mama del otro, o nos sale un rodalón por retrasarnos en la toma, o porque el papá juega con el grifo.  Al final una madre lactante puede verse como Gollum contando sus bolsas y botes de leche materna congelada y mascullando "mi tessssssooroooo", y cabreándose cuando se ve obligada a tirar por el desagüe restos de su leche que no se pueden usar. Cada mililitro es oro blanco, poco menos que ambrosía con propiedades mitológicas.
Las personas del entorno de la madre no suelen entender que ésta se sulfure tanto por desperdiciar algo que al fin y al cabo el cuerpo lo produce "sin esfuerzo" y que se puede sustituir con una visita a la farmacia.

Durante la extracción de leche, el estrés que puede tener la madre por acumular unos pocos mililitros más es muy grande, llegando a producirse situaciones poco recomendables como que la madre esté más preocupada del sacaleches que de su propio hijo o que pase horas enganchada al extractor por unas pocas gotas más. Incluso hay gente que desteta pensando erróneamente que el fracaso con la extracción es síntoma de que su producción de leche es insuficiente. Todo eso se corrige sabiendo cuál es el uso correcto del extractor.


4. Como le des un biberón/chupete, te mato
El miedo a que el abuso de tetinas pueda inteferir en la lactancia, sobre todo cuando ha costado esfuerzo mantenerla, puede provocar ira terrible en la madre si ve que alguien le pone un chupete a su hijo a traición. La furia es inevitablemente incomprendida por la gente de su entorno, que pensará que es una obsesa histérica que se pone frenética por nada. Total, ¿quá daño puede hacer un chupete? Pero es que hay que ponerse en el pellejo de quien quiere mantener una lactancia contra viento y marea para saber por qué una madre lactante se pone tan purista.
De forma similar, si la madre lactante de entera de que alguien le ha dado al niño un biberón de leche de fórmula, o suya pero en biberón, a traición en contra de su consentimiento, puede armarse la mundial, aunque realmente esa toma no interfiera en la manera de tiene el niño de lactar después ni en su apetencia por la teta.

Relacionado con esto está el tema de los celos. Puede que te aterre la idea de que tu hijo pueda llegar a rechazar la teta después de haber probado el biberón y su chorro continuo casi sin esfuerzo.
Estás acostumbrada a ver la felicidad en la cara de tu hijo dándole teta, pero...¿qué pasa si ves la misma cara de felicidad cuando toma un biberón? ¿Tu autoestima se resiente? ¿Sientes "que te han puesto los cuernos y han preferido a otra"?
Tranquila, es normal.
El caso es que a partir del año y medio los niños tienden a rechazar beber del biberón porque prefieren beber en vaso (con o sin pitorro), pero el rechazo a la teta no es generalizado a esa edad...Eso debería hacernos reflexionar.

5. Agitación de la lactancia
La Naturaleza es muy astuta y utiliza "sofisticadas" manipulaciones hormonales para que hagamos lo que ella quiere. Por ejemplo, intenta forzar el destete de un hijo cuando estamos embarazadas de otro, o tenemos otro recién nacido. Con frecuencia durante la lactancia en tándem o durante el embarazo, aparecen angustiosos, intensos y viscerales sentimientos de rechazo ante el amamantamiento del hijo mayor. Requiere un intenso esfuerzo mental vencer esos sentimientos y proseguir con la lactancia en tándem, aunque no hay que olvidar a que la Naturaleza nos está sugiriendo el destete. Gracias a que el número de mujeres que practican la lactancia prolongada y la lactancia en tándem, cada vez aparecen mas casos de agitación de la lactancia en comparación con la generación de nuestras madres.

6. Adefesio-pornstar
Dar lactancia a demanda durante los primeros meses, cuando hay más demanda y las tomas son largas, provoca situaciones como que la madre pase muchas horas sin haberse podido vestir en condiciones, ni ducharse, o pasarse mucho tiempo con la ropa desabrochada y la teta al aire (o tetas, en caso de madres múltiples que simultanean las tomas). Los sentimientos de incomodidad por estar sucia y cochambrosa , no poderse vestir en condiciones y estar siempre semidesnuda (incluso delante de visitas) pueden hacerse constantes. Afortunadamente esa fase pasa y  tarde o temprano las tomas se acortan; entonces poderse escapar a vestirse normalmente y asearse depende de lo resistente que sea el niño a nuestra ausencia.
Pero esta sensación agobiante puede hacer mella en el ánimo de las madres más fashionistas.


7.Vaca-chupete humano
La sociedad se encarga de que una madre lactante en muchas situaciones tenga que sentirse así:

Cuando usa el extractor de leche, la imagen que se viene a nuestra mente es ésta:

En el caso de madres múltiples la comparación es aún peor y la sensación que nos invade es de:
Hay que tener mucha motivación por la lactancia para vencer esas imágenes y saber que somos mujeres normales haciendo algo que no tiene nada de feo ni de malo y que deberían felicitarnos en vez de humillarnos.

Aparte de esto, cuando los niños dejar de pedir tanta teta para comer y vemos que toman teta para relajarse chupando, puede llegar a resultar irritante. Esto suele suceder cuando el bebé pide teta en momentos inoportunos, o muy a menudo y no por hambre, o nos despierta por la noche. A veces fuerza a que la madre se plantee el destete definitivo, aunque hay alternativas que se pueden probar antes (como el destete nocturno o negociar que no pidan teta en público).

8.Complementaria, snif
La teta es muy cómoda. Inmediata, práctica, sin artilugios, sin gastarse dinero, sin calentar nada, sin esterilizar nada, sin enrasar cacitos, sin preparar nada con antelación, sin preocuparse de la calidad del agua o de la temperatura, siempre dispuesta en caso de prolongar estancias fuera de casa. Pero llega un momento que eso se acaba y cuando se sale de casa, hay que pensar en la comida de uno más. Es un trabajo (y un gasto) extra que antes no existía. Si el niño no acepta bien los sólidos o es muy selectivo con lo que le gusta, comer fuera de casa empieza a ser problemático. Con la teta exclusiva esto no pasaba. Y adaptarse a las nuevas exigencias puede costar.
Por eso a las madres lactantes felices nos sorprende oir comentarios del estilo "qué ganas tengo de que el bebé cumpla 6 meses para empezar a darle complementaria", como si con la cuchara empezara una fase más feliz. ¡¡Pobre madre ingenua, la que le espera!!

Por otro lado, la aparición de los primeros dientes y la necesidad de ir pensando en nuevos alimentos es un síntoma de que nuestro bebé está dejando de ser nuestro bebé y es un pequeño duelo natural que toda madre tiene que superar.

9. Las tetas son para comer
Antes de tener hijos, las mujeres piensan en sus pechos como unas turgencias muy decorativas que hacen que los vestidos sienten bien y que los hombres te miren el escote, aparte de ser unos juguetes sexuales de éxito seguro para la pareja. Vamos, pensamos lo mismo que piensan los hombres sobre ellas. Tras tener hijos, las mujeres piensan en sus tetas como instrumentos exclusivos para dar de comer, y la mera idea de que un hombre, por muy pareja nuestra que sea, ose acercar sus zarpas para tocarlas con libidinosas intenciones, puede producir intenso rechazo.
También puede preocuparnos la idea de que un chorro de leche inoportuno de al traste con un encuentro romántico,aunque sepamos que al marido le mola la lactofilia.
Esto se relaciona con otro punto: la leche materna vale oro, y eso de que haya un intruso malgastándola no suele molar nada.
Aparte de todo esto, hay que añadir que durante el primer trimestre de lactancia los pechos suelen estar muy turgentes e hinchados entre tomas, con el pezón extremadamente sensible y delicado (y ya no digamos si tenemos ingurgitación, mastitis o grietas) así que realmente la idea de que alguien lo toque puede despertarnos FURIA HOMICIDA.
Asi que el hombre debe entender esta situación y adaptarse, si la mujer no quiere que haya caricias por esa zona. Recordemos que según progresa la lactancia todas estas sensaciones tienden a desaparecer.

10. ¿Quién necesita el sexo?
La prolactina es antagonista de las hormonas estrogénicas, principales responsables de la líbido femenina. Durante el posparto inmediato, la mujer tiene un estado hormonal similar al de la menopausia y experimenta una reducción brutal de la libido que hace que las relaciones sexuales pierdan interés. A esto hay que añadir que el trofismo y lubricación vaginal normal se pierde (¡incluso en caso de cesárea!) y que un eventual trauma vaginal (episiotomía, desgarro, etc) puede hacer que haya auténticos problemas psicológicos a la hora de retomar las relaciones sexuales, porque existe dolor. Un dolor que a menudo los lubricantes no evitan. Ese dolor puede provocar vaginismo secundario y ya tenemos un bucle dificil de romper.
A esto añadir la falta de sueño, el cansancio, el estrés, los complejos por los estragos del embarazo en el cuerpo (estrías, cicatrices de cesárea, perineoss recosidos, diastasis abdominal, flacidez, aumento de peso...) y otra serie de paranoias puerperales que hacen que la mujer lactante no tenga ganas de marcha.
La LME alarga esta situación de pseudo-menopausia, pero ni la leche de fórmula (ni la cesárea) la evitan, así una mujer que prefiera la leche de fórmula o una cesarea electiva para "recuperar antes su cuerpo" no está haciendo demasiado buen negocio.
Con la reaparición de la regla (eso dependerá de cada mujer, pero con LME suele suceder pasados los 6 meses de lactancia) la situación hormonal vuelve lentamente a la normalidad y la líbido vuelve a su sitio, aunque el cansancio, la falta de sueño, la falta de tiempo de intimidad sin interrupciones y la inercia de tener pocas relaciones sexuales hace que el interés por el sexo siga estando bajo.
Esta es una de las principales preocupaciones de los maridos durante el puerperio de su pareja, porque ellos, salvo la falta de sueño y el cansancio, no experimentan cambios profundos de mentalidad respecto ese tema. Para evitar tensiones maritales es importante tener una buena comunicación  y que el marido no interprete que la falta de líbido es un rechazo directo a su persona o que va a ser perpetua.

Si te has sentido identificada con alguno de los pensamientos anteriores, tranquila, que son normales y les ocurre a muchas. Racionalizándolos y compartiéndolos se pueden vencer, si nos angustian mucho, y en ningún caso con un motivo recomendable de destete prematuro.