21 de marzo de 2014

5 artilugios relacionados con la lactancia en las que no merece la pena gastarse el dinero

¡Que se lo gasten otros!.
Los artículos de lactancia que voy a enumerar a continuación son un claro ejemplo de objetos superfluos que son estupendos para tener si nos los han regalado, pero que si nadie nos los ha comprado ni nos los puede regalar, tampoco merece la pena que nos gastemos mucho dinero en ellos para incluirlos en el ajuar de nuestro bebé.


1) Cojín de lactancia "pijo"
Personalmente no veo mucho sentido en que una madre "única" se compre un cojín de lactancia, sea del tipo que sea. Los pequeños, de tipo media luna, rígidos, me parecen directamente un atraco y una tomadura de pelo. Los grandes en forma de banana, rellenos de bolitas, son igualmente caros y pueden ser fácilmente sustituídos por una almohada de la consistencia adecuada.
Para las madres múltiples que deseen dar el pecho a sus gemelos de forma simultánea, el cojín de lactancia es muy recomendable, pero como seguramente se abandonará su uso pasado uno o dos meses, tampoco merece la pena gastarse mucho dinero en ellos. Se puede comprar de segunda mano o si nos animamos y tenemos tiempo, coser uno nosotras. Pero muchas madres múltiples se han apañado igualmente con los cojines y almohadones que todo el mundo tiene en casa.
 
2) Empapadores de pezones "de marca"
Los protectores que evitan los rodalones en la ropa son importantes durante el primer trimestre de la lactancia, sobre todo cuando nos separamos del bebé más de dos horas por cualquier motivo y zasca, goteamos a traición.
La cantidad de leche que se desperdicia por el goteo de un pecho mientras "funciona" el otro no es nada desdeñable. Las lactadoras múltiples no tenemos ese problema porque casi siempre...hay alguien mamando del otro pezón, pero por si acaso venden unas pezoneras de plástico que permiten recoger volúmenes pequeños de leche. Estas pueden ser interesantes para las que quieren empezar a congelar leche pero no tienen tiempo ni producción suficiente como para extraerse volúmenes muy grandes, peeeeeero antes de comprárselas hay que analizar si realmente vamos a necesitar tanta colección de leche o si no se nos va a caducar antes esa leche antes de utilizarla.

La calidad de los protectoresde pezón "de algodón", que es a los que yo me refiero, difiere: los hay con mayor o menor diámetro, más o menos gruesos, con la pegatina arriba o abajo, que se doblan o no...Poco importa: todos se pegan mal al sujetador y al final acaban sueltos y arrugados. Su uso se limita al primer trimestre de lactancia: después la lactancia se regula y ya no hay goteos traicioneros, porque la producción de la leche es a demanda y el pecho no está rebosante entre tomas.
Además su uso por rutina no está aconsejado, al ser un reservorio de gérmenes y de humedad que perjudica la salud del pezón. Es mejor que los pezones estén al aire y se dejen secar, y como mucho limpiar las últimas gotas de leche que puedan haber quedado si el goteo ha sido importante para evitar focos de infección.

En el caso de mujeres que hayan experimentado grietas o heridas en el pezón este consejo es importante: cierto que el pezón tan ultrasensible duele al rozarse con la ropa, pero no debe protegerse a costa de estar en contacto con algodones húmedos.

Por tanto comprar una caja de protectoresde de marca blanca da de sobra para usarlos en el primer trimestre de lactancia cuando queremos salir de casa sin manchar. Para estar por casa, es mejor no

llevar nada, salvo un sujetador sufrido y ropa que no importe manchar. Y si vamos a salir de casa pero el
rodalón no es probable, un sujetador con relleno es protección de sobra para recoger una eventual gotilla.
Los protectores pueden volver a ser necesarios si volvemos al trabajo y vamos a estar muchas horas sin alimentar al bebé. En ese caso una subida repentina de la leche puede volver a generar episodios de fugas. Pero repito:  no merece la pena gastarse un extra de dinero en protectores sofisticados de farmacia.


3) Bolsas para la congelación de leche
Son prácticas para recoger y guardar la leche en el congelador, pero son demasiado caras para convertirlas en una compra estable, y se pueden sustituit por otros envases no desechables.
Además, y aunque han mejorado con respecto a las primeras bolsas de leche que comercializaban, siguen siendo un poco aparatosas a la hora de conectarlas al sacaleches, mantenerlas de pie de forma estable sin la ayuda de una taza o vaso, mantenerlas indeformables en lo que tardan en congelarse, cerrarse sin romperse, abrirse de forma fácil sin desperdiciar mucha leche, etc.

Las antiguas bolsas de Medela por ejemplo, no tenían cierre zip y su cierre (con un alambre como los de las bolsas del pan de molde) era engorroso y antihigiénico. Las bolsas no se sostenían de pie por sí solas y había que enfriarlas en la nevera antes de congelarlas metidas en una taza (que la que yo elegí para tal fin tuviera una figura de vaca es pura coincidencia).
 Un cajón de congelador lleno de bolsas de leche congelada puede llegar a tener un aspecto bastante caótico. Es dificil colocarlas porque se deforman fácilmente al congelar la leche. Para descongelarlas en nevera también es conveniente meterlas en otro recipiente.


Las bolsas de congelación de alimentos normales también pueden almacenar leche, pero suelen ser demsiado grandes, no se cierran de forma práctica y no siempre tienen marcas de volumen.
contienen, pero se pueden usar.

Los biberones viejos sin tetina pueden usarse perfectamente, al igual que frascos de cristal grueso de diferentes tamaños. En una entrada anterior hablé de cómo conservar pequeños volúmenes de leche. Normalmente se desaconseja los botes de cristal por si los factores de inmunidad de la leche se pegan al cristal, pero no comparto esa obsesión por los anticuerpos de la leche materna, como si fuese lo único bueno que tiene con respecto a la leche artificial.

No hace falta gastarse mucho dinero en esto: se puede recoger la leche en el bote que viene con el extractor, observar el volumen final y traspasar la leche a otro recipiente convenientemente rotulado.

Además antes de obsesionarse con congelar grandes volúmenes de leche hay que pensar si realmente los vamos a necesitar con la vuelta al trabajo, porque si por edad y número de tomas del bebé podemos usar la leche extraída del día anterior, podemos encontrarnos con el problema de tener que gastar a marchas forzadas toda la leche congelada antes de que caduque (como me sucedió a mí!!)

4) Sacaleches manual
Antes de comprarse un sacaleches hay que saber seguro qué necesidad de extraernos leche vamos a tener. Comprarse un sacaleches antes de tener al niño y después renunciar a la lactancia a las primeras de cambio no tienen mucho sentido. Comprarse uno muy bueno si no tenemos pensado volver al trabajo remunerado pronto, tampoco.
Si una mujer sabe a ciencia cierta que cuando vuelva al trabajo va a querer extraerse leche para su bebé durante un tiempo, lo recomendable es un sacaleches eléctrico doble de buena calidad, sin dudarlo.En ese caso no hay que remendar de viejo, aunque venden sacaleches de ese tipo (sin usar!!!) de segunda mano.
Como realmente los buenos extractores son caros, existe la tentación de comprarse uno manual.
Yo sólo los recomiendo para las mujeres que no tienen trabajo remunerado, no tienen necesidad de tener grandes cantidades de leche congelada (si acaso alguna reserva para poder alejarse del bebé unas pocas horas), no tienen pensado dar el pecho más allá de unos pocos meses o, por algún motivo, no se apañan con la extracción manual.

Si sólo se quiere sacar un poco de leche y de higos a brevas, merece más la pena dedicar tiempo a ensayar la extracción manual que comprar un sacaleches manual en la farmacia, que seguramente no nos guste porque nos acaba doliendo la mano, hay que dedicar bastante rato en extraerse de los dos pechos, y es menos eficaz y eficiente que los eléctricos.

5) Sujetadores de lactancia sofisticados
Una lactancia exitosa se puede ir fácilmente a uno o dos años, y continuar mucho más tiempo. ¿De verdad alguien piensa que una mujer puede aguantar todo ese tiempo desabrochando corchetes y enganches de sujetadores específicos de lactancia, cada vez que su hijo pida teta? ¿O simplemente verse en el espejo con los (normalmente) horribles y sosos sujetadores maternales? ¿O comprarse varios pares de sujetadores de lactancia de los caros, para abandonarlos a los pocos años?
Y ya no digamos su complemento: camisas para la lactancia, muy discretas ellas, diseñadas especialmente para que se vea el mínimo trozo de piel cuando queramos amamantar al bebé en público, y así esconder tan vergonzosa actividad de ojos ajenos. (Eso sí, después nos pondremos un bikini super sexy para ir a la playa...)

Que no hombre, que no: que para los primeros meses, basta con sujetadores deportivos, sujetadores viejos que podamos levantar sin preocuparnos de que se deformen mucho y sujetadores viejos con relleno que no nos importe que se acaben estropeando porque ya nos compraremos unos bien bonitos y chulos. Es más importante que no aprieten el pecho demasiado (para evitar ingurgitaciones) que el hecho de que tengan enganches especiales en los tirantes.
La ropa específica para la lactancia es superflua igualmente: una camiseta normal que se pueda levantar o una camisa con un top debajo (levantamos el top, abrimos la camisa lo justo) hacen el mismo uso y las podremos seguir usando cuando hayamos destetado al bebé.

¡Basta de consumismo absurdo y de caer como borregas en las garras de las marcas comerciales, que quieren que nos sintamos culpables y malas madres si no nos gastamos el dinero en sus productos! Todo lo que necesitamos para la lactancia de nuestro bebé nos viene gratis de serie.
Sólo merece la pena invertir tiempo y paciencia en la lactancia, para que dure lo más posible: eso sí es realmente importante.

Enemigos sutiles de la lactancia materna (I): Prospectos farmacológicos

Es muy poco probable que durante el tiempo que dure la lactancia, la mujer no tenga que tomar ningún tipo de fármaco o sustancia sospechosa de producir efectos secundarios al bebé, si pasa a través de la leche: aunque sea una triste aspirina, un ibuprofeno, un par de tazas de café.
Las dudas sobre si la lactancia es compatible con la medicación arrecian cuando la mujer ha de tomar antibióticos, antihipertensivos, fármacos para bajar el colesterol, antidepresivos...

Los prospectos farmacéuticos, que se curan en salud practicando el principio de máxima prudencia, desaconsejan o prohiben, como norma, la lactancia materna mientras dure su uso.

Pongamos un ejemplo sencillo de medicamento muy usado: un jarabe expectorante de uso habitual.
El principio activo es la bromhexina.
Los mucolíticos en general, y los basados en la bromhexina en particular, son medicamentos de dudosa utilidad terapéutica. Eso significa que su eficacia como medicamento no tiene suficiente aval científico y que probablemente tengamos el mismo efecto expectorante tomándonos un gran  vaso de agua.
Por tanto es de esperar que si apenas tiene efectos en adultos, principales o secundarios, tampoco tenga efectos detectables en el lactante.
Sin embargo el prospecto no deja lugar a dudas: "Este medicamento no se debe utilizar durante el embarazo o la lactancia". 
Más claro no se puede decir. Cualquier mujer que lea esto se puede asustar, con motivo, y no tomar el medicamento.
Parece una tontería, pero llevarse la impresión, cada vez que lees un propecto, que vas a tener que pasarse meses sin tomar un medicamento ni siquiera cuando tienes un catarrillo es insostenible. La mujer puede pensar que tiene que recuperar su "libertad medicamentosa" y suprimir la lactancia del todo para poder medicarse a placer sin tener que preocuparse por si el fármaco pasa a la leche.

Y como este ejemplo, muchos otros: ibuprofeno y paracetamol, por ejemplo.
Estos casos, así como el de algunos antibióticos, son especialmente sangrante porque los prospectos desaconsejan expresamente la lactancia con la excusa de que pasan cantidades ínfimas a la leche...¡¡¡cuando se administran dosis mayores a los lactantes de esos mismos medicamentos!!! No tiene ningún sentido que se aconseje a la madre no tomarse un ibuprofeno cuando esa misma madre les está dando jeringazos de Dalsy al niño cada vez que tiene unas decimillas de fiebre.


Tener que suspender la lactancia por tener que tomar medicación es una causa frecuente de destete involuntario , y resulta muy triste para la madre, sobre todo si el bebé tiene pocos meses.
Muchos de estos destetes no se hubieran producido si el médico de cabecera o la mujer hubieran consultado a tiempo la base de datos que crearon los ángeles de APILAM sobre compatiblidad de medicamentos y lactancia, basada en datos publicados y evidencias científicas actualizadas.

Los médicos no ayudan en este proceso. Pocos de ellos buscan en las bases de datos para ver qué grado de evidencia científica hay de que un medicamento sea incompatible con la lactancia, ni se toman la molestia de ver si pueden recetar medicamentos más compatibles. Simplemente dicen a la mujer que destete y muchas se lo creeen como si fuera el Evangelio.Y si estamos hablando de niños lactactes mayores de un año, a veces incluso la madre tiene que aguantar comentarios peyorativos: "¡¡bah, destétale ya, mujer, que ya has hecho suficiente...!!"


Eso choca con algunos protocolos, que persisten en algunos hospitales y clínicas, como por ejemplo darles Nolotil (de riesgo 1 para la lactancia) a las recién cesareadas, cuando existen alternativas de riesgo cero para reducir el dolor.

No es cosa de risa. Hay gente que no quiere estar mirando las bases de datos cada vez que quiera tomarse una pastilla. Parece mentira, pero hay riesgos en la lactancia en lugares insospechados: el regaliz y el betadine, por ejemplo.
Esta base de datos está en continua revisión y la clasificación de algunos medicamentos se actualiza.

En cuanto a los prospectos, no creo que cueste tanto escribir en un párrafo algo así como "Aunque se han detectado dosis ínfimas del medicamento en la leche materna, no hay evidencia científica de que el consumo de este medicamento durante la lactancia afecte al bebé". E incluso añadir "El consumode este medicamento durante la lactancia debe ser evaluado por un médico" si se quiere ser más precavido.

Pero no asustar a las madres lactantes por norma.
Y desde luego, la página web de e-lactancia.org debería publicitarse más y mencionarse en todos los cursillos pre-parto.

Más enemigos sutiles de la lactancia materna aquí.

La Hora Bruja

Estoy segura de que muchas madres se sentirán identificadas con el fenómeno que voy a describir, solo que a lo mejor no lo conocen por ese nombre.
Se trata de la Hora Bruja. En algunos sitios se conoce como "el siroco". Los que no son dados a poner nombres simplemente observan que a muchos bebés, por la tarde, no hay quien les aguante, y que muchos problemas relacionados con la teta "se agravan" a esas horas.

La Hora Bruja se define como un estado de irritabilidad y lloros de causa inexplicable que tienen  los bebés de menos de tres meses, fundamentalmente por la tarde. A veces se habla de la hora bruja un espacio temporal muy limitado entre las 8 o 9 de la tarde, pero se puede empezar a advertir a partir de las 5 o 6 de la tarde.
Por eso no se trata simplemente del  común fenómeno de que los niños que quieren dormirse no logran conciliar el sueño y lloran mucho hasta que consiguen quedarse dormiditos, si no que puede extenderse varias horas antes, y no siempre el bebé da muestras de invencible sueño.

¿La Hora Bruja es lo mismo que eso que llaman "los cólicos del lactante"? No, no es lo mismo: es como una versión light de los cólicos, más frecuente pero afortunadamente menos estresante para los padres. Pero a menudo se abusa del término "cólico".


Para que los llantos continuos del bebé se consideren auténticos cólicos del lactante (y deban ser consultados con un pediatra) deben cumplir las 3 reglas de Wessel (mantenerse al menos tres horas al dia, durante más de tres dias, durante más de tres semanas).
Si el niño no llega a tanto, desengáñate: no tiene cólico, pero entonces...¿por qué llora tanto cada dia, y sobre todo en la tarde-noche?  En esos momentos el bebé está irritable, llora mucho, solo parece calmarse a la teta, se vuelve muy demandante.

La Hora Bruja parecería algo anecdótico y sin relación con la lactancia si no fuera porque es uno de los motivos principales de empezar a dar biberones "de refuerzo", de pensar que la leche materna no es suficiente, que el niño se queda con hambre, que se despierta por la noche porque está hambriento, que llora tanto porque la madre no produce suficiente leche...El niño en plena hora bruja chupa lo que sea, pero a veces rechaza el chupete con rabia, si se le da biberón seguramente le quepa en el estómago y ...¡¡ya la tenemos liada!! Con la impresión de que la leche de la madre no es suficiente, que el biberón realmente calma a los niños y con un bote de leche de formula ya comprado en casa que se tiene que consumir en el plazo de un mes, la lactancia materna exclusiva corre serio peligro: a ese niño seguramente le caerán más biberones de refuerzo "para que deje de dar la brasa", y los padres mal informados creerán erroneamente que la culpa era que la madre tenía poca leche o de mala calidad y se sentirán contentos de que por fin su hijo esté calmado, cuando en realidad está abotargado por un biberonazo que realmente no necesitaba.

Aunque fisiológicamente no tienen ningún sentido y cualquier mujer que medite 5 minutos sobre el asunto se dará cuenta de que es absurdo pensar que de repente se produce menos leche por la tarde, es frecuente pensar que si el bebé mamaba bien por la mañana y en cambio por la tarde todo es teta y llorar, se debe a algún problema de hambre o producción.

Si por cualquier motivo el bebé tiene el día torcido, o está en pleno brote de crecimiento del primer mes, y también está demandante por la mañana, la sensación de que el niño pasa hambre, y de que eso se soluciona con biberón en vez de con más pecho, se acrecienta. Resultado: lactancia materna exclusiva en peligro, madre con sentimientos de culpabilidad que piensa que hace las cosas mal y que tiene la mala suerte de tener un cuerpo defectuoso que no produce suficiente leche, un niño abotargado con leche de fórmula con digestiones pesadas, menor duración de la LME....

El mejor consejo para combatir la Hora Bruja es... vivirla con normalidad y estar convencidos de que no se produce por culpa de los padres, ni es culpa de la lactancia natural. No hace falta meter al biberón de por medio. Es un fenómeno normal que parece responder a la irritabilidad normal de un bebé que llega a la tarde sobreestimulado.

OJO

Lo que un bebé entiende por sobreestimulación no tiene por qué coincidir con lo que un adulto considera sobresestimulación.
Un adulto puede pensar que dar un agradable paseo por el centro comercial no es demasiado estímulo para el bebé, pero para el bebé es toda una experiencia agotadora.

Para un adulto, las 5 de la tarde no son horario verpertino ni hay motivo para sentirse cansado, pero para un bebé empieza a ser hora de ir bajando el ritmo, porque a las 8 de la tarde ya está muertecito de cansancio.

La recomendación de bañar a los hijos por la tarde no ayuda, porque desde el punto de vista del adulto parece relajante pero para un recién nacido es una experiencia agresiva, con cambios de temperatura bruscos, desnudez, indefensión, sensaciones sobre la piel la mar de extrañas, manoseo por todas partes...Basta ver que la mayoría de recién nacidos lloran como desesperados los primeros baños hasta que se acostumbran (y tardan mucho en hacerlo)....para alegría de los que se están forrando vendiendo Tummytubs...

Eliminar la Hora Bruja no parece posible, porque es algo normal en el desarrollo de un bebé, pero podemos minimizar sus efectos teniendo cuidado en no sobreestimular al bebé, sobretodo a partir de cierta hora, y estando prevenidos. Tampoco es cuesión de dejar que duerma todo el día, y llegue a la noche con poco sueño, pues sería contraproducente.

Podemos plantearnos pasar el baño a primera hora de la mañana (lo siento si el padre está trabajando) e intentar realizar las actividades exteriores por la mañana. Actos sencillos como desvestir y vestir al pequeño sin venir a cuento (solo porque la madre quiere sacarle hecho un pincel o estrenar toda la ropita que nos han regalado) son una fuente de estimulación innecesaria. Un recién nacido no necesita aventura, sino estar confortable en brazos de mamá, cerca de la teti. Reproducir lo más posible la vida intrauterina, en definitiva.

La demanda de la teta (y más por chupar por chupar que para alimentarse) aumenta durante la hora bruja así que sería conveniente comprender que por la tarde vamos a estar más dedicadas a eso que a otra cosa. nos lo tomaremos con calma, limitando las visitas si queremos intimidad y organizando una lactation workstation si vemos que la cosa va a ir para largo y queremos hacer cosas mientras nos dedicamos a dar el pecho.

Da muy buen resultado el porteo (lo siento por lo que tengan prejuicios y lo consideren demasiado progre), que hace que el niño se adormezca y esté tranquilamente pegado a nosotros, mientras nosotros podemos realizar otras actividades.

Como madre múltiple, sobreviví a la hora bruja por partida doble con las hamaquitas, que ponía delante mío y hamacaba al mismo tiempo con el pie, mientras cantaba o hacía cucadas a los peques hasta que se dormían y ya parecian relajarse un poco. Requiere algo de insistencia. La hora adecuada de irse a dormir de un bebé puede parecernos muy temprana, sobre todo porque si los acostamos a las 7-8 de la tarde significa que a las 12 de la noche o así estarán despiertos de nuevo, y entonces chocará con el horario adulto, pero es que ajustar los horarios de la familia requiere un tiempo de aprendizaje y adaptación.

Si la situación de lloros nos desborda (porque también por la tarde los padres están más cansados e irascibles) es mejor dejar el cuidado del pequeño a otra persona y desconectar un poco. Nuestro estado de ánimo influye mucho en la criaturita. Si no tenemos ánimo como para cuidar al bebé con paciencia y buen humor, mejor delegar un rato y despejarnos. No en vano se atribuyen más "cólicos" del bebé en primogénitos, cuyos primerizos padres viven los lloros de otra manera.

La Hora Bruja tiende a remitir por sí sola pasados los tres meses debido a la maduración normal del bebé, pero seguiremos observando que están más irascibles y llorones cuando están cansados y no se está respetando su hora natural de ir a dormir. Pero como la situación es más llevadera no llama tanto la atención como esas horas tan lloronas en los recién nacidos.

¿Mis hijos tuvieron cólicos? No. Cólico del lactancte es un término médico que defiene una situación más grave, y que sí es cierto que a veces puede relacionarse con problemas digestivos. Para no confundir al personal y no caer en exageraciones yo prefiero describir aquellas horas lloronas como "la hora bruja", que me hacía replantearme salir con los niños a cenar por si se ponían muy brutos, sin más.

5 de marzo de 2014

Cinco frases a tener en cuenta durante la lactancia (y que han marcado la mía)



“La teta es muy psicológica”
Frase estrella de la asesora de lactancia del taller al que fui. Esas reuniones de madres en post-parto, con o sin profesional de la lactancia presente, son muy recomendables y jamás he oído a nadie renegar de ellas. Son buenas tanto para que te dé el aire durante la baja maternal y estirar las piernas, como para desahogarte y hablar de neuras postparto con otras mujeres en tu misma situación (hay cosas que un marido, una suegra o una cuñada no pueden comprender) o simplemente para que una asesora de lactancia te vaya haciendo un seguimiento y resuelva las posibles dudas cuanto antes.
El caso es que es muy significativo que los grandes profesionales de la lactancia se caractericen no sólo por preocuparse simplemente de la técnica y los números (número de tomas, peso, minutos al pecho…) si no del bienestar psicológico de la madre, como factor clave no sólo a nivel de producción de leche si no como indicativo del tiempo que puede esperar que la lactancia dure (una mujer que esté viviendo un infierno seguramente lo dejará pronto).
Me hacía gracia porque esta asesora, cuando alguna madre comentaba cosas como “está todo el día a la teta y llora mucho”, “no puedo dejar a la nena con el padre porque se pone a llorar”, etc, solía decir siempre : “Y tú, ¿cómo te sientes?”. Se preocupaba por los sentimientos, era estar como en el diván del psiquiatra. Y venía fenomenal.
Es importante que la madre viva las fases de la lactancia y la crianza del bebé con calma y seguridad en sí misma, y se sienta escuchada si alguna vez se agobia. Hay presiones externas que ponen en duda la capacidad de las madres para criar (parece que cada vez que llora el niño es culpa nuestra o de nuestro cuerpo, que no produce suficiente leche porque es defectuoso) y necesitamos, bastante a menudo, que alguien nos diga “lo estás haciendo bien, lo que te pasa es normal, tú sigue así que todo irá fenomenal”.
Por eso el Paricio le puso ese título a su libro:

La información, la calma y la seguridad en una misma es la diferencia entre una madre que se agobia y cercena la lactancia y una madre que identifica y acepta con paciencia las fases de la lactancia, y busca ayuda en cuanto hay algo que le supone un problema. El resultado es una lactancia más satisfactoria y duradera.

“La teta tiene mucho de fe”
Esta frase me la dijo una enfermera de neonatos, una santa de cuyo nombre lamento no acordarme, cuando yo le hice el típico comentario de puérpera primeriza que por fin ha conseguido que el niño se enganche en condiciones: “Es que como no sé si toma mucho o poco…” Porque no me había notado la subida de la leche, y por tanto no tenía criterios para evaluar si el pecho estaba vacío/lleno, si los niños chupaban o no…
Hasta las lactantes más entusiastas y convencidas se habrán preguntado alguna vez: ¿pero como sé que realmente está tomando suficiente leche? El pecho no es transparente, no siempre se nota si sale leche o no sale, y en todo caso, sólo el bebé sabe lo que realmente acaba en su estómago.
Entonces la buena mujer me soltó esa frase. Soy una mujer de ciencia y la palabra fe me produce repulsión, pero tenía razón: mal pronóstico tiene una lactancia en la que la madre no aprenda a confiar en su cuerpo y en la función fisiológica que se está llevando a cabo. El pecho no es transparente ni puta falta que hace, la producción de la leche depende de la demanda, y el niño se desengancha cuando nota el estómago lleno. No hay que preocuparse de volúmenes ni cantidades porque funciona por saciedad del bebé, y si el bebé se queda calmadito tras la toma,  es que se ha quedado satisfecho. Si mama y remama habrá que pensar en otras explicaciones ajenas a la falta de producción de leche: ¿Tendrá sed porque está demasiado abrigado?¿Está en pleno brote de crecimiento? ¿Desazón por los dientes? ¿Está malito?
Parece una cosa fácil pero la inmensa mayoría de las lactancias que fracasan los primeros meses es por desconfianza plena en el sistema natural, desconfianza por sistema de que el niño se ha quedado saciado y de que si hace tantas tomas y tarda tanto tiempo es por una anormalidad en la calidad o cantidad de la leche.

“Si funciona…¡¡no lo cambies!!”
Esta frase me lo dijo una de las asesoras de lactancia del taller al que fui, cuando le comenté que, debido al tamaño de mi areola y al pequeño tamaño de la boca de uno de mis hijos, ni de coña se cumplía esa máxima de que “los labios del bebé deben abarcar el máximo de areola”… ¿Cómo podía estar yo segura de que abría bien la boca y estaba bien colocado? Pues la respuesta es fácil: si la lactancia está funcionando bien así, y el niño está contento y gana peso, y el pecho no duele… ¿por qué hay que preocuparse de no cumplir las frases que ponen en los libros? Si la toma es buena no hay que darle tantas vueltas. Al final y en calidad de madre múltiple he tenido que saltarme a la torera muchas de las recomendaciones clásicas de lactancia. No solamente lo de ofrecer el segundo pecho al niño (con gemelos, cada  niño tiene que apañarse con un solo pecho), si no lo de asignar un pecho a cada niño, o no intercambiarlos, o mil movidas mas… Al final, pongas como pongas a los niños al pecho, la lactancia se regula. Y si así ha ido funcionando…¿para qué te vas a preocupar? Hay que relajarse y disfrutar.

“La lactancia no es una frágil flor de invernadero, es una de las funciones mas robustas del nuestro organismo”
Me acuerdo que cuando leí esta frase mítica del libro “Un regalo para toda la vida” de Carlos González, no estaba ni siquiera embarazada, pero como soy una cagaprisas ya me estaba informando de temas de puericultura, y pensé, con gran indignación: “¿Cómo puede este hombre simplificar de esta manera el asunto? Si fuera tan fácil dar el pecho como él lo pinta, no habría tantas mujeres que se dan por vencidas, ni habría índices tan altos de fracaso en la lactancia, ni tantas mujeres con problemas a la hora de dar el pecho”.
Pasó el tiempo y ahora que soy madre lactante de gemelos, puedo suscribir esa frase: la lactancia es una función muy robusta del organismo. Incluso sin haber dado a luz por via natural y trastocar completamente el sistema hormonal del parto y alumbramiento, la leche acaba apareciendo, se regula por mecanismo sencillos y una vez bien establecida, es realmente persistente. Además se puede actuar sobre ella de forma farmacológica con buenos resultados.
Ahora, desde mi experiencia, se que la inmensa mayoría de lactancias que fracasan se debe a falta de información de la madre, falta de confianza en sí mismas, agobios de la madre, presiones externas para usar biberón, malos consejos de los profesionales de salud y en general, razones ajenas a la voluntad de la madre o a la salud de la madre o el bebé, aunque también hay bastante de decisiones simplemente egoístas.  
Realmente, solo en caso de problemas médicos concretos podemos hablar de que la lactancia “no funciona”. A este respecto, es una función fisiológica mucho más puesta a punto que el parto, por ejemplo, en la que la distocia durante el proceso es más frecuente y la madre poco puede hacer para mejorarlo porque no depende solo de su voluntad consciente. Así que un punto para el señor González, aunque sigo pensando que debería ser más consciente cuando escribe de que no, la lactancia, debido a la mala cultura de la leche y las presiones externas, no es tan fácil como él lo pinta. ¡Que no nos quite mérito!

"Por culpa de la lactancia materna no disfruté de la crianza de mi hija pequeña. A la mayor le di biberón y pude disfrutar mucho más"
O algo parecido. Era un testimonio de estos que aparecen en las revistas de bebés, hablando de los pros y los contras de dar el pecho. La leí creo que estando embarazada y me dio pánico pensar que realmente, luchar por la lactancia materna era sacrificar una crianza tranquila, sin lloros, cómoda, y que la lactancia materna pudiera amargarte la crianza del niño. 
Y mira que cuando hay momentos duros en la lactancia, son duros de verdad (ese dolor de las grietas, ese niño que llora y arquea la espalda...) pero a toro pasado puedo presumir...¡¡de que menos mal que no renuncié a la lactancia materna!! Que si he disfrutado del puerperio es gracias y no pese a la lactancia materna, que me ha quitado mucho trabajo con mis mellizos, y que por nada del mundo preferiría haber renunciado a los momentos de intimidad, conexión, calma, cariño... que me ha dado la lactancia de mis hijos.

4 de marzo de 2014

Tomas simultáneas en múltiples

El principal problema de la lactancia con gemelos no es la producción de leche, ya que si los niños maman bien y la madre no tienen ningún problema, el cuerpo produce la que tiene que producir (eso si, seguramente con un buen numero de tomas al día). El principal problema es la cantidad de tiempo que requeriría darles el pecho a los dos, si les diéramos por separado, y lo aparatoso que resulta dar el pecho a los dos al mismo tiempo.

Para no resumir tanto haré un listado de pros y contras de simultanear o no las tomas con gemelos.

PROS DE SIMULTANEAR LAS TOMAS CON GEMELOS

-Ahorro de tiempo espectacular: dedicas el mismo tiempo a la lactancia que una madre "única", y no tienes la sensación de ser una nave nodriza, con la teta permanentemente fuera. Eso tiene importantes repercusiones psicológicas, porque permite que la madre pueda hacer vida y no se siente tan agobiada.
-Vaciamiento simétrico de los pechos: no hay confusiones y no importa qué pecho se dio a quién antes. Los gemelos sólo tienen acceso a un único pecho, que lo vacían por entero, y la producción de leche es similar en los dos. No hay sensación de estar asimétrica ni de tener un pecho cargado y el otro no.
-Se evitan lloros innecesários: ningún bebé llora de impaciencia mientras el otro acaba el pecho, están los dos bien entretenidos y controlados.
-Por la noche hay más rato entre amamantamientos.

CONTRAS DE SIMULTANEAR LAS TOMAS CON GEMELOS

-Si se quiere tener los brazos libres, se depende de un cojín de lactancia u otros artilugios para mantener a los bebés en posición durante los primeros meses. Es dificultoso mientras los bebés no aguantan bien la cabeza. Tanta parafernalia resulta agobiante y da calor. Puedes acabar deseando quemar el cojín de lactancia.
-Requiere un aprendizaje colocarse a dos bebés al mismo tiempo en la postura más conveniente sin que ninguno caiga, se ruede o desenganche, y al principio se necesita la ayuda de otra persona.
-No hay discreción posible: dar el pecho en público significa enseñar (en parte) los dos pechos y eso es difícil de disimular.
-Dar el pecho fuera de casa, sin cojines a mano, en sillones que no facilitan la lactancia múltiple, sin ayuda de nadie y con niños que aún no sostienen la cabeza, es un número de circo.
-Por la noche, montar la parafernalia del cojín de lactancia desvela mucho, y no siempre los gemelos están sincronizados día y noche. Hay pocas posturas cómodas para dar el pecho a bebés pequeños estando tumbada.

En resumidas cuentas, el amamantamiento múltiple es más incómodo porque limita la capacidad de la madre para hacer otras cosas. Las madres "únicas" tienen la alternativa del fular, reservando una mano solo como apoyo, y pueden manejarse con la otra (para remover una cazuela o colocar el salón). Pero colocar en un fular a múltiples te imposibilita hacer casi cualquier otra cosa cosa, es dificil tenerlos bien colocados y estables mamando en un fular a los dos.

Paras sobrevivir a tanto incordio hay que echar mano al ingenio y tener mucha paciencia. Más o menos la hoja de ruta con múltiples es:


Primer mes: cojin de lactancia + mantas y almohadones
Segundo y tercer mes: cojin de lactancia solo, con menos mantas y almohadones,o almohada sola
A partir del tercer mes: nada, los niños se  pueden colocar solos. Por ejemplo, a caballito y nosotras sentadas, o en posición de rugby con la cabeza sobre nuestras rodillas, y nosotras sentadas en plan indio.
Por la noche: valorar si compensa o no seguir las tomas simultáneas o empezar con el "vuelta y vuelta". Mejor colechar, al menos los seis primeros meses.

Los primeros meses casi todos los profesionales de la lactancia y las lactantes múltiples coinciden en que las tomas simultáneas son la mejor manera más práctica y llevadera de dar el pecho para la madre. Sobre el tercer mes, las largas tomas del principio se han reducido a 5 o 10 minutos, y hay muchas madres que dejan de ver el sentido a las tomas simultáneas, porque no siempre los niños se sincronizan bien, y tampoco es tanto gasto de tiempo.

Yo soy una ferviente defensora de la lactancia simultánea en gemelos siempre que se pueda, tanto por ahorro de tiempo, como para evitar lloros y envidias. Ninguno de mis angelitos es capaz de permanecer impasible mientras ve al hermano felizmente arrimado a la teta. Sólo los desincronizo cuando salgo fuera de casa (y doy el pecho en el coche o en una sala de lactancia) o en público, aparte de por la noche (hasta que les desteté de noche).
La aparente incomodidad de los gemelos mamando a la vez, en posición de rugby y a veces en posturas más insólitas, es solo un prejuicio de los espectadores que ven la escena desde fuera, porque realmente los niños son capaces de estar felizmente en cualquier postura imaginable mientras no les quiten su teti. Así que no hay que preocuparse de ese aspecto, sólo de disfrutar y de abarcar con los brazos a tus hijos mientras maman.

2 de marzo de 2014

Ayudas de las casas comerciales por parto múltiple

Aunque parezca mentira, tener gemelos o mellizos puede resultar a la larga más económico que tener dos hijos separados en el tiempo.
Por un lado, familiares y amigos, que se apiadan de la situación, se vuelcan con los regalos y se vuelven especialmente espléndidos, aparte de que lo regalan todo doble.
La administración española concede unos 2500 euros por parto múltiple, mientras que los partos sencillos han perido el "cheque bebé". Además conseguir la subvenciones de guardería y demás está casi cantado.
Por si eso fuera poco, algunas empresas grandes de productos infantiles mantienen una política de ayudas por parto múltiple, regalando lotes de productos (para niños mayores de seis meses, normalmente) y códigos descuentos muy interesantes. Es un trabajo enviar tantas cartas, pero la cuantía económica de los lotes que regalan compensa con creces el dinero gastado en sellos.

Basta hacer una fotocopia de la parte del libro de familia en la que queda constancia de que los hijos nacieron el mismo día y escribir una nota similar a esta:

NOMBRE DE LA EMPRESA
DIRECCION DE LA EMPRESA

LUGAR, FECHA

Estimados Sres,
Nos dirigimos a ustedes para informarles del nacimiento de nuestros mellizos/gemelos: NOMBRE1 y
NOMBRE2, el pasado día TAL. Adjuntamos fotocopia del libro de familia.
Como saben, un parto múltiple supone un esfuerzo económico extra, por lo que solicitamos su
ayuda y estaríamos muy agradecidos en caso de que nos pudieran enviar alguno de sus productos,
cuya calidad es sobradamente conocida.
Agradeciendo su interés, reciban un cordial saludo,
 

NOMBRE DEL PADRE Y LA MADRE
DOMICILIO
TELÉFONO DE CONTACTO e E-MAIL

FIRMAS

En  las foros especializados de familias múltiples podreis encontrar listados de empresas que tienen estas políticas. Nosotros enviamos más de una treintena de cartas, utilizando las dirección que figuraba en uno de estos listados, y nos encontramos con que muchas cartas fueron devueltan por no haber encontrado el domicilio social de la empresa, o no nos enviaron nada porque la empresa ya no tenía política de ayuda por parto múltiple. Así que más de la mitad de las cartas no sirvieron para nada.

Sin embargo, otras empresas sí que nos sorprendieron por su generosidad y animo a los padres múltiples a que envien una carta similar a la que he escrito antes, y busquen en internet la dirección actualizada de la empresa de marras (a veces el domicilio social de las empresas cambia). Que yo recuerde, las empresas que respondieron a nuestra solicitud fueron:

HERO BABY: menudo regalazo se marcaron estos: una pesada caja llena de potitos con diferentes ingredientes, cereales en polvo, leche de continuación y papilleros de plástico. Los papilleros (cuencos de plástico con tapa estanca) resultaron muy prácticos y el resto de productos me parecieron de buena calidad, y ya gané simpatía a la marca. Incluso gasté la leche de continuación cuando mis hijos tuvieron más de un año, porque empecé a preparles los cereales con leche en vez de con caldo.



DODOT: también fueron muy espléndidos, y regalaron un paquete de pañales (adecuados a su edad) y vales descuento bastante interesantes.

MAYORAL: nos enviaron dos conjuntos iguales de polo y pantalón para niños de unos 3 años; no es que fueran una preciosidad pero también resultaron un regalazo.

MILUPA: se disculparon porque no tenían ayudas por parto múltiple, pero enviaron una pegatina de "bebé a bordo" para el coche.

NESTLÉ: tamibén enviaron un lote de productos de alimentación, con muestras de leche de continuación, papillas de cereales en tetabrick y potitos en diversos formatos.

Las empresas que no me respondieron, o me devolvieron la carta por fallos en la dirección, o (ya) no tenían ayudas por parto múltiple fueron: BAYER, MONBEBE, BLEDINA (DANONE), EL GRANERO INTEGRAL, MUSTELA, ORDESA, ISDIN, LETI, INIBSA, JOHNSON'S&JOHNSON´S, KIABI, D'URIAGE, NR, NUTRICIA, CHICCO, PIERRE FABRE, BEIERSDORF, LUTSINE, TIGEX, OTC, NUK, DR ESTEVE, PROXIMA BABY y SUANIVEX.
Me sorprende que algunas de estas empresas no se lo curren un poquito y no pongan más empeño en las promoción y fidelización de los productos.

De todos modos, aparte de enviar estas cartas, recomiendo a los padres múltiples hacerse fan de todas estas empresas en las redes sociales y visitar a menudo su página web, pues a veces plantean concursos en los que regalan lotes de productos. A mí me tocó sin esfuerzo un lote de productos de higiene infantil de la marca NAHORE BABY: colonia de un litro, crema para el culete, dos tipos diferentes de gel de baño...todo muy completo. Todos estos productos se acaban gastando y está bien tenerlos a mano.
El tremendo ahorro que supone la lactancia materna y el sentido de practicidad que te viene de serie con el embarazo múltiple (que hace que no seas quisquilloso a la hora de aceptar material heredado y prestado o comprarlo/revenderlo de segunda mano) hace el resto a la hora de que tener dos niños a la vez no acabe arruinando la economía familiar.

1 de marzo de 2014

Enemigos (sutiles) de la lactancia

Expongo una lista de los principales enemigos sutiles a los que se enfrenta una madre lactante, cuyo trabajo en buena parte consiste en detectarlos y neutralizarlos en su mente para que no perjudiquen su lactancia. Algunas de estas ideas serán desarrolladas con más detalle en entradas posteriores.
 
1) Maridos saboteadores
Son esa clase de padres (normalmente primerizos) que, hartos de la "absurda obsesión" de su mujer por dar el pecho pese a que el niño llora (ergo pasa hambre), decide darle un biberón al bebé, para demostrar a la madre que no tiene suficiente leche, que su leche no es buena y que no pasa nada por darle al niño biberón. El niño, seguramente, se tome parte o todo del biberón, aniquilando la confianza de la madre en su capacidad de dar el pecho a largo plazo a su hijo.

2) Familiares y conocidos contrarios a la lactancia
Testimonios de madres y suegras que nunca han dado el pecho por los más variopintos y surrealistas motivos (y por tanto recomiendan el biberón a la primera contrariedad), e historias truculentas de amigas para las que la lactancia ha resultado un calvario (bebés llorando, grietas, producción que se agota misteriosamente...), y que siempre están dispuestas a dar consejos que nadie ha pedido y a hundir aún más la moral de una madre lactante.
A esto añadir docenas de mitos y leyendas urbanas acerca de la lactancia, que la gente repite y cree a pies juntillas.

3) Malas prácticas profesionales
Exceso de cesáreas como resultado de partos excesivamente intervenidos que acaban siendo distócicos, hospitales que dan leche de fórmula en biberón y no jeringuilla, niños separados de sus madres sin motivo, médicos que recomiendan el cese de la lactancia en caso de mastitis, pediatras que al menor problema con el bebé (peso, comportamiento, sueño...) recomiendan pasarse a la leche de fórmula...La lista de pifias médicas que perjudican el inicio o el desarrollo de la lactancia ocuparía páginas enteras.

4) Censura social
Si dar el pecho significa que se acabaron para la madre los restaurantes y las reuniones sociales, o ir con el bebé durante más de dos horas a cualquier sitio, porque tiene que "esconderse" en alguna habitación o sala de lactancia para dar el pecho, o tiene que "meter la lactancia en el armario" para esconder a la gente el "humillante" hecho de que sigue dando el pecho al bebé más allá de los seis meses, es normal que a las madres la lactancia les parezca una privación de libertad y comodidad, cuando tendría que resultar lo contrario.
Que la visión del pecho femenino en acto de amamantar se considere una obscenidad comparable a los topless de las FEMEN o a sacarse el pene para mear en público nace del machismo social, que considera el pecho femenino como un objeto sexual, con unas funciones "naturales pero guarronas" que deben esconderse de los ojos de la sociedad, como cagar, mear o practicar el coito.
Firma la petición de una ley de protección de la lactancia materna en público para que ninguna madre tenga que pasar un bochorno cuando alimenta a su hijo de la mejor manera que existe.

5) Publicidad agresiva de las casas comerciales de leche artificial
Astutamente, la leche comercial se publicita como leche de continuación, publicitando implícitamente la leche "de inicio" (y así cumplen la ley) y además creando la idea de que a partir de los seis meses, la leche materna ya no vale (y que a partir de los 4 meses se les puede dar biberón con cereales). Tetinas, biberones, chupetes, muestras gratuítas...campan por doquier y forman parte del ajuar de toda madre embarazada, ayudando a crear la sensación de que la lactancia materna es esa cosa que sucede un breve espacio de tiempo cuando la naturaleza acompaña, pero que si no puede ser, no pasa nada porque ya está la industria para ayudarnos a criar adecuadamente a nuestro bebé.

6)Prospectos farmacológicos
Son taxativos: casi todos prohíben la lactancia materna mientras se consuma el medicamento, incluso aunque ese mismo medicamento se administre a mayor dosis al bebé sin problemas (paracetamol, ibuprofeno, mucolíticos, antibióticos...). Aunque la evidencia científica contradiga esa contraindicación, el principio de máxima prudencia hace un flaco favor a las madres y médicos mal informados, que se asustarán al leer el prospecto y pensarán que la lactancia es incompatible con cualquier medicación, y cesará en cuanto la madre pille el primer catarro.

7)Foros y páginas web de internet
Si la gente mal informada se lleva la impresión que la lactancia prolongada es cosa de comedoras de placenta, madres hippies que llevan a sus hijos en fulares, colechadores hasta que el hijo va al instituto y madres abnegadas que se pasan todo el día con la teta fuera,no duermen por la noche, aguantan dolores inenarrables y son capaces de cualquier sacrificio con tal de dar el pecho, ahuyentamos a lo que yo llamo "lactantes conservadores": gente que sólo quiere dar el pecho si se le pinta muy fácil, muy cómodo, y compatible con llevar al niño en un carro caro sin que nadie sospeche de perroflautismo. La red está inundada de madres lactantes con problemas, que pueden asustar a las posibles lactantes futuras, y quejas contra los problemas que supone ser partidaria de ciertos métodos de crianza. El motivo es muy fácil: a la gente que le va fenomenal no le da por buscar apoyo e información en internet y no suele dejar su testimonio positivo en la red, así que lo que se encuentra en internet es información sesgada.

8)Baja maternal demasiado corta
Y poca comprensión en el entorno laboral a la hora de ausentarse para sacarse leche. Tiene como consecuencia la desmotivación de las madres de continuar con la lactancia más allá de unos pocos meses, porque es un quebradero de cabeza tener que pensar cómo y dónde sacarse leche para dar las tomas pertinentes hasta que el niño empiece (a marcha martillo porque no queda otra) con la alimentación complementaria, siempre con la presión de que las reservas de leche no serán suficientes. Al final se inicia demasiado pronto la lactancia mixta y la alimentación complementaria se convierte en "principal" de forma prematura. Si la OMS recomienda seis meses de lactancia materna en exclusiva, pongámoslo fácil.

9)Pésima educación sexual y emocional de las mujeres
Vivimos una sociedad en la que, aunque se presiona a las mujeres para ser madres, igualmente se las presiona para no disfrutar el embarazo, parto y lactancia como si fueran el culmen de su vida sexual y reproductiva (porque la vida sexual consiste en el coito con un varón) si no como fases molestas que las pobres mujeres tienen que tolerar de la forma más medicalizada posible para poner futuros cotizantes a la Seguridad Social en circulación. Una madre reciente, ante todo, debe precuparse de recuperar la silueta rápido y volver al trabajo pronto, y se hará todo lo posible por boicotear cualquier deseo de disfrutar de la crianza de sus hijos, menoscabando su autoestima mediante el bombardeo de mensajes culturales contrarios a su capacidad de amamantar adecuadamente, entre otras cosas. Y la mayoría de mujeres ceden a estas presiones sin que se les pase por la cabeza que "otra maternidad es posible".

10)Fanáticas de la lactancia
A veces el enemigo está en casa. Hay lactantes especialmente fanáticas para las que todo lo que no sea lactancia hasta los 8 años a demanda día y noche es no esforzarse lo suficiente. He oido críticas al destete nocturno, o al destete dirigido por la madre tras muchos meses de lactancia, por ejemplo, por no ser "pro-lactancia". La lactancia no ha de convertirse en un concurso de méritos. También hay mucha gente que se inmiscuye en la vida de los demás. Es una obligación moral ayudar a una madre que desea dar el pecho y tiene problemas, pero sólo si pide ayuda, porque a nadie le gusta recibir consejos que nadie ha pedido. La cultura del amamantamiento ha de promoverse, pero no de forma agresiva.

Como veis, todo se resume en: más apoyo familar y social, menos presión de la industria, aumentar los testimonios positivos y mejorar los consejos del personal sanitario. ¡No parece tan dificil!