20 de febrero de 2014

Algunas perogrulladas (pero que a la gente no le entran)(II): Conducta lógica ante los problemas de la lactancia materna


2)Cuando hay un problema con la lactancia materna, la solucion lógica es...arreglar el problema, no pasarse al biberón


Esta entrada se la dedico a los pediatras incompetentes, a las suegras metomentodo y a los maridos impacientes que piensan que los niños nunca lloran, que son los principales agentes "pro-biberón" que martirizan a las pobres madres que desean dar el pecho a sus hijos pero se encuentran con dificultades.

Vamos a ver si consigo encontrar un paralelismo, aunque parezca un ejemplo absurdo.
Imaginemos que nuestro perro está enfermo, no sabemos qué le pasa y lo llevamos al veterinario. El veterinario dice: "Sacrifícalo y cómprate un gato. Total, hace prácticamente la misma compañía y además no hay que sacarlo. Mucha gente tiene gato y no echa de menos tener perro para nada". ¿Qué pensaríamos? Pues evidentemente pensaríamos que ese pediatra es un incompetente y que no ha ofrecido una solución al problema inicial, simplemente ha ofrecido un sustitutivo. No volveríamos a ese veterinario en la vida.

Bien, pues por un extraño motivo la misma actitud sí que cuela con la lactancia materna. ¿El niño no engorda al ritmo que dicen los libros? ¿El niño de repente hace más tomas de lo normal y la madre no sabe por qué? ¿El niño se engancha bien pero de repente se suelta y se pone a llorar? ¿A la madre le escuece mucho el pecho entre tomas? ¿Tiene una herida en el pezón? Pues la solución que encuentra todo el mundo (pediatras, ginecólogos, suegras, madres, maridos) es...pasarse al "gato", o sea, al biberón con leche de fórmula, y finiquitar el asunto. Pero vamos a ver: si la madre ha manifestado su deseo de dar el pecho, hay que solucionar sus problemas, no boicotear su deseo.

La verdad es que una madre desorientada en pleno puerperio puede no darse cuenta de que un pediatra (que se ocupa de enfermedades de niños, no de tetas), un marido ignorante y una suegra que no ha dado nunca el pecho no son las fuentes de información más fiables cuando una busca ayuda sobre la lactancia.
Esta situación es muy normal cuando una embarazada dedica los nueve meses de espera a preocuparse en las cortinas del cuarto del niño, en si pinta la habitación de azul celeste o de verde prado con cenefa de ositos o en si compra el carro de 1000 euros o el de 2000, en vez de informarse sobre lactancia y puericultura.
Pero también se da incluso aunque la embarazada haya hecho sus deberes y se haya informado a conciencia de lo que se le viene encima, porque hasta la madre más responsable puede verse desbordada de dudas cuando descubre que la lactancia no es solo ponerse el niño al pecho "y ya", si no que suceden "cosas raras de las que nadie habla, ni siquiera los libros". Y si su entorno es hostil hacia la lactancia materna, las presiones pueden hacer que ceda, y una madre con dudas que recurre al biberón a la mínima tiene muchos puntos para que su lactancia fracase.

No obstante la información es la clave para afrontar de una manera u otra los reveses de la lactancia, si es que se producen. Veamos unos ejemplos:

Caso 1: El niño de repente hace más tomas de lo normal, de día y de noche. Se pasa demasiado rato al pecho, la madre se agobia, su entorno dice que no tiene leche suficiente, que el niño se queda con hambre.

Una madre informada piensa: "Debe de tratarse de un brote de crecimiento, eso de que hablan los libros. Si no veo mejora en unos días me acercaré a un taller de lactancia para ver si esto es normal, porque necesito apoyo moral".
Una madre despistada piensa: "Ya sabía yo que me iba a tocar la china de tener poca leche. No todas las mujeres tienen suerte. No puedo soportar la idea de que el niño pase hambre, así que haré caso a mi marido y empezaré a suplementar con biberón".

Caso 2: De repente, las tomas al pecho duelen y el pecho escuece mucho, como si ardiera, entre tomas. La situación es insostenible porque el dolor es muy intenso y ya dura varios dias.

Una madre informada piensa: "Esto no es normal, algo debe estar pasando. Tengo que buscar remedio rápido. Como no es seguro que el ginecólogo sea especialista en el campo de la lactancia, mejor pido cita a la matrona de tal sitio, que me han comentado que es asesora de lactancia, porque seguro que no es normal que yo tenga que estar soportando tanto dolor. Por lo que he leído en páginas webs especializadas, puede ser una infección o algo parecido."
Una madre despistada piensa: "Paso de aguantar esto ni una semana más. Me paso al biberón y se acabaron los problemas. No me explico cómo hay gente que da el pecho tantos años, aguantando estos dolores. Deben ser mujeres afortunadas a las que nunca les duele nada..."

Caso 3: El niño tiene 4 meses ya, pero sigue despertándose 3 o 4 veces por la noche, y parece que lo que mejor le calma es la teta. 

Una madre informada piensa: "Es normal que a esta edad siga teniendo muchos despertares. Se está alimentando adecuadamente, así que si quiero dormir lo mejor será que me lo meta en la cama y le de el pecho tumbada. En el futuro dormirá más horas seguidas, esto es una situación temporal y yo ya sabía que me tocaba una buena temporada durmiendo mal cuando decidí tener un hijo".
Una madre despistada piensa: "O tengo poca leche o no alimenta lo suficiente, porque los hijos de mis amigas duermen de un tirón y el mío es el único malcriado que no para de chupar. Como tiene cuatro meses ya y he visto en un anuncio que ya puedo meterle cereales sin gluten, le voy a arrear un biberonazo de papilla de cereales que seguro que duerme como un bendito esta noche".

Y así, me puedo pasar el dia poniendo ejemplos. La mayoría de los problemas y cosas "raras" de la lactancia tienen solución a corto y medio plazo cuando la madre se pone en las manos adecuadas y recibe el apoyo psicológico adecuado para desahogar sus inquietudes, comentar sus problemas sin que la presionen para pasarse a la lactancia mixta o de fórmula o comprobar que sus dudas son normales y que lo que está atravesando es una fase normal de la lactancia, o un bache que se puede superar con un mínimo de esfuerzo.

Total, nadie dijo que ser madre fuese fácil, y desde luego es una responsabilidad que va más allá de preocuparse en que la habitación del bebé esté decorada adecuadamente. Requiere actitud, raciocinio, prudencia. Cuando una madre quiere dar el pecho, lo razonable es esforzarse por conseguirlo, y no rendirse a la mínima ocasión.
Aunque es cierto que abundan las "lactancias de libro", para qué nos vamos a engañar: las madres que disfrutan de una lactancia prolongada lo han conseguido con constancia, perseverancia y huyendo de los malos consejos y de las tentaciones de atajar metiendo biberones a troche y moche, no porque la providencia las haya departado una loctancia sin altibajos.

En la columna de la derecha del blog se pueden encontrar algunas direcciones útiles donde buscar cuál es el taller de lactancia más próximo a una localidad, aunque a menudo basta acercarse al centro de salud y preguntar para saber cuál es el profesional con formación específica en lactancia materna más próximo.

Ver también:

Algunas perogrulladas (pero que a la gente no le entran) (I): Leche materna vs. leche artificial

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